El país se ha visto conmovido por la muerte de Mariano Ferreyra, un joven militante de 23 años que murió tras ser baleado por una patota, al parecer sindical, cuando acompañaba a los trabajadores ferroviarios tercerizados que reclamaban por su reincorporación. Estudiante universitario (se inició en la militancia política desde muy joven,13 años), pertenecía a la Juventud del Partido Obrero, dirigente de la FUBA, Avellaneda y candidato a consejero escolar de su distrito. Una vida joven, involucrada con los destinos del país, tronchada cuando tenía mucho para dar en beneficio de las clases más humildes.
Tiempos difíciles para los jóvenes en la Argentina: desde aquéllos que son víctimas de la marginación, la violencia y el paco ante la indeferencia de los organismos oficiales que no instrumentan planes de inclusión social para su inserción en la sociedad, mientras se gastan el dinero del Estado en medidas que, la mayoría de las veces, benefician a los que más tienen.
Jóvenes que luchan para no ingresar en la senda del delito como el caso de Luciano Arruga, adolescente de 16 años de quien nada se sabe desde el 31 de enero de 2009, cuando fue interceptado por personal policial en Lomas del Mirador. (Las sospechas recaen sobre la policía, no sólo por su desaparición sino por el “reclutamiento” de chicos para delinquir)
Y tantos otros, cuya vida peligra con sólo salir a la calle...
Con frecuencia se dice que son la esperanza del país. ¿Sería muy complicado protegerlos, como cada uno procura proteger a los jóvenes de su familia?
GSF
Tiempos difíciles para los jóvenes en la Argentina: desde aquéllos que son víctimas de la marginación, la violencia y el paco ante la indeferencia de los organismos oficiales que no instrumentan planes de inclusión social para su inserción en la sociedad, mientras se gastan el dinero del Estado en medidas que, la mayoría de las veces, benefician a los que más tienen.
Jóvenes que luchan para no ingresar en la senda del delito como el caso de Luciano Arruga, adolescente de 16 años de quien nada se sabe desde el 31 de enero de 2009, cuando fue interceptado por personal policial en Lomas del Mirador. (Las sospechas recaen sobre la policía, no sólo por su desaparición sino por el “reclutamiento” de chicos para delinquir)
Y tantos otros, cuya vida peligra con sólo salir a la calle...
Con frecuencia se dice que son la esperanza del país. ¿Sería muy complicado protegerlos, como cada uno procura proteger a los jóvenes de su familia?
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