lunes, 29 de febrero de 2016

Aniversario del fallecimiento del Almirante Guillermo Brown

La Delegación  Berisso del Instituto Nacional Browniano recordó que el 3 de febrero pasado, se cumplieron 159 años del fallecimiento del Almirante Guillermo Brown, inmigrante irlandés con formación marinera, que se sumó a la causa independentista argentina, librando combates navales con ese propósito, sumándose posteriormente la guerra contra el Imperio Brasilero y el Bloqueo Anglo Francés.La Historia lo ha rotulado como *el Padre de la Patria en el mar*. En la Escuela Naval de Rio Santiago se realizó el acto-homenaje.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Presentación de "Cuentos del Mostrador" de Susy Lapasta


Plantar un árbol, tener un hijo, escribir  un libro…”, es una frase ampliamente conocida. Venida desde el fondo de los tiempos y atribuida a diversos autores, aunque la gran mayoría se la adjudican al poeta cubano José Martí, como todo dicho, proverbio, refrán o sentencia que encarna en la gente, pasan a ser propiedad de todos.
En el caso que nos ocupa, Susy, destacada artista plástica, escritora, poeta, maestra  y colaboradora de cuanta actividad cultural se realice en Tapalqué, ha cumplido ampliamente con el axioma. Junto a su marido, el Negro Villarruel, ha traído al mundo dos fuertes muchachos –Poli y Nacho- que le han dado un montón de nietos que la rodean y la aman. Hace pocos días, aparecía en Facebook, la foto de un hermoso jacarandá, dedicado a Rafael Darío Capdevila, -inolvidable escritor  de nuestra ciudad- entre otros árboles plantados por Susy que, sin duda, hermosean su jardín .
Y ahora, Susy Lapasta,  nos sorprende con la aparición de “Cuentos del Mostrador”, el primer libro de una serie que es de esperar se continúe en el tiempo, cuya  presentación está programada para el viernes 11 de marzo, a las 19.30 horas, en la sede de la Sociedad Italiana.
Con su pluma cargada de recuerdos, imágenes y colores y con el humor que la caracteriza, a través de cada personaje popular de Tapalqué, Susy  muestra  las distintas facetas del ser humano. Allí se advierte que su experiencia “detrás del mostrador” ha sido enriquecedora; que la observación, la belleza y la sensibilidad de la artista está presente en la caracterización de sus personajes, mientras asoma sutilmente, su afecto e inclinación natural hacia los desprotegidos y hacia los seres únicos e irrepetibles.
Para Tapalqué, cada vez que uno de sus hijos tiene la inmensa fortuna de publicar y presentar un libro, debe ser un día de fiesta popular, porque cada obra, más aún cuando hablan de su geografía y de su gente, lo inmortalizan en el tiempo.
Gladis Fittipaldi 



martes, 23 de febrero de 2016

"Ripio" de Rolando Revagliatti: 3ª Edición-e corregida




Información
 
 
Se encuentra disponible gratuitamente desde febrero de 2016 para ser leída, impresa o incorporada a bibliotecas virtuales, la tercera edición electrónica (corregida) en PDF y en versión FLIP (Libro Flash) del poemario “Ripio” de Rolando Revagliatti. Hemos agregado links recíprocos (de ida y vuelta desde el índice a los poemas  y viceversa) para una navegación más cómoda por el documento. El diseño integral y la diagramación es de Patricia L. Boero.

Puede descargarse en:
 
 
 
 
 
Quedamos desde ya agradecidos a quienes quieran y puedan difundir, parcial o totalmente, esta gacetilla.
 

lunes, 22 de febrero de 2016

Grupo teatral de Dinamarca llega a Argentina

Imágenes integradas 1

  
Sábado 5 y Domingo 6 de marzo – 22hs

''Entrada libre y gratuita'' (Cupos limitados)
- Reservas al 4232283 - 

El teatro independiente tiene formas y códigos que van más allá de todas las fronteras. El grupo teatral DRAKOMIR, de la ciudad danesa de Ribe nos trae su última realización: la obra teatral “La última partida -Informe desde el corredor de la muerte-”

El próximo 4 de marzo arribará a Ezeiza el avión que, procedente de Dinamarca, traerá a nuestro país al grupo teatral danés Drakomir, que viajará a Argentina para realizar presentaciones en diversas ciudades a fin de profundizar los lazos culturales entre ambas
Naciones y el intercambio de experiencias y realidades.
El grupo ofrecerá su espectáculo "La última partida", obra sueca del autor Geir Magne
Pedersen, realizada bajo la dirección del artista danés Thomas Hauger.
Se trata de una iniciativa de La Comedia de Campana, institución dirigida por Guillermo
Rodoni y Ana Barrionuevo, que desde hace ya muchos años viene contribuyendo fuertemente al intercambio del teatro argentino con el resto del mundo.
La Embajada de Dinamarca en Argentina auspiciará institucionalmente las presentaciones
del grupo Drakomir en Argentina, cosa que se extenderá hasta el día 14 de marzo en que
la delegación abordará el avión que los conducirá de regreso a su país.
La delegación está compuesta por Peter Brun, Claus Rudolf, Poul Kristensen, Hans Gath y el citado Thomas Hauger.

Síntesis argumental de La última partida -Informe desde el corredor de la muerte

¿Qué les sucede a las personas cuando están obligadas a permanecer en constante espera en prisión?
De eso trata esta obra. Dos hombres en el corredor de la muerte de una prisión.
Han matado a un hombre… a un negro.
Lo han matado por una estupidez.
Y han tenido que vivir largos años de esta espera compartiendo la celda.
Inventan alternativas para matar el tiempo:
Juegan al ajedrez… y -valga la metáfora- cuentan con una solo pieza para mover sobre el tablero.
Se imaginan recibiendo cartas…
En la primera llega el indulto…
En las próximas, exuberantes mujeres ardientes inundan sus fantasías sexuales…
Finalmente, los fascistas de todo el mundo los aplauden por haber matado a un negro.
Pero el momento todavía no llega y hay que seguir matando el tiempo.
Una nueva oportunidad para jugar ajedrez…

Poesía indígena del mundo se reunirá en México

 (deLetralia, Tierra de Letras)

Domingo 21 de febrero de 2016

Palacio de Bellas Artes
El evento será inaugurado el 17 de octubre en el Palacio de Bellas Artes.
Como un esfuerzo por preservar la cultura y las lenguas de miles de etnias de todo el mundo, varios poetas y organismos decidieron crear el Encuentro Mundial de Poesía de los Pueblos Indígenas: Voces de Colores para la Madre Tierra, cuya primera edición tendrá lugar en México del 17 al 22 de octubre.
Como parte de la celebración capitalina por el Día Internacional de la Lengua Materna se anunció la creación del Premio Centzontle.
Los detalles de esa cita fueron difundidos este sábado 20 de febrero por el poeta nahua Natalio Hernández, uno de los impulsores de esa iniciativa e integrante del comité organizador, en la celebración del Día Internacional de la Lengua Materna que, de manera adelantada (la fecha exacta es hoy 21 de febrero), efectuó el gobierno de Ciudad de México.
Uno de los objetivos principales del foro consistirá en impulsar a través de la poesía un movimiento artístico que sensibilice a la sociedad sobre la crisis ambiental que vive el planeta, convocando a las diferentes manifestaciones poéticas de los pueblos originarios en un encuentro mundial.
El programa incluye recitales, conferencias y talleres en torno a la tierra, el aire, el agua y el fuego; participarán ochenta poetas de los cinco continentes, provenientes de veinticinco países, treinta y ocho lenguas y/o naciones, entre ellos Finlandia, Noruega, Rusia, China, Nueva Zelanda, Samoa, Camerún, Perú, Colombia, Brasil y Guatemala.
La inauguración será en el Palacio de Bellas Artes el lunes 17 de octubre, mientras que la clausura tendrá lugar en el Centro Cultural Tlatelolco, el sábado 22. Habrá actividades también en Chiapas, Chihuahua, Oaxaca, Veracruz, Yucatán y en el estado de México.
Por otro lado, como parte de la celebración capitalina por el Día Internacional de la Lengua Materna, con actos a lo largo del viernes en el Anfiteatro Simón Bolívar del Antiguo Colegio de San Ildefonso, se anunció la creación del Premio Centzontle.
La finalidad del galardón —presentado por Eduardo Vázquez Martín, titular de la Secretaría de Cultura del gobierno de Ciudad de México— es incentivar la creación de literatura en lenguas indígenas, en poesía y narrativa.
El premio será anual con un estímulo económico de cincuenta mil pesos y la publicación de la obra ganadora. Podrán participar todos los escritores en lenguas originarias que residan en la capital del país.
La premiación del naciente galardón sería en la tercera Fiesta de las Culturas Indígenas, que tendrá lugar en agosto, o bien en la Feria Internacional del Libro de Zócalo, quince días después.
La conmemoración por el Día Internacional de la Lengua Materna, organizada por la Secretaría de Cultura capitalina, incluyó la impartición de talleres para niños y adultos; recitales de poesía en varias lenguas originarias, presentaciones musicales, entre ellas de música electrónica mixe y rap en totonaco, así como el Encuentro de Editores en Lenguas Indígenas.
Fuente: La Jornada

domingo, 21 de febrero de 2016

TALLERES LITERARIOS ciclo 2016 en Pasaje Dardo Rocha.

ABIERTA LA INSCRIPCIÓN a los TALLERES LITERARIOS ciclo 2016. 

Escritura / Escritura para jóvenes / Lectura / Narrativa / Poesía y letrística / Guión cinematográfico. 

Técnicas para la escritura, producción y corrección de textos, lectura crítica de autores contemporáneos. 

Informes e inscripción en el horario de 9 a 20 hs., 1º piso del Pasaje Dardo Rocha 50 e/ 6 y 7. Teléfono 4252101.

Se agradece la difusión.

sábado, 20 de febrero de 2016

V°Certamen Internacional de Cuento, Poesía, Carta - Sociedad de Escritores Regionales



Vence 10 de agosto de 2016

NUEVO REGLAMENTO, ESTA VEZ SIN EDICIÓN DE ANTOLOGÍA.
sociedadescritoresregionales@gmail.com
Vº CERTAMEN INTERNACIONAL
DE CUENTO, POESÍA Y CARTA.
S.E.R. 2016
Sociedad de Escritores Regionales
Brandsen- La Plata- Buenos Aires – Argentina.
NO SE RECIBEN TRABAJOS VÍA MAIL NI ENVÍOS POR ADUANA U OTROS MEDIOS NO ESPECIFICADOS EN EL PRESENTE REGLAMENTO.
Abierto a todos los autores en castellano (39 premios).
RECOMENDACIÓN IMPORTANTE: No envíen sus trabajos a último momento.
REGLAMENTO
Artículo 1.  El Concurso se compone de tres secciones: Poesía, Cuento y Carta. Tema libre.
Artículo 2. Las obras de cuento y carta, se aceptarán (3) tres por categoría, no pudiendo exceder las 90 líneas,  c/u 30 líneas máximo, firmadas con seudónimo, se presentarán en original ydos (2) copias mecanografiadas o computadora, letra Arial 12 a 1.5 espacio en una sola cara del papel, tamaño A4 con margen de 2cms, por lado, como mínimo. Se enviarán en sobre cerrado, en el que conste sólo la categoría y el seudónimo, incluyendo otro sobre, también cerrado donde en su exterior conste el seudónimo y categoría y adentro los datos del autor: Apellido y Nombres, Domicilio, Teléfono, e-mail, Nacionalidad. Y otro más pequeño en el que se hallen  $70, (por categoría, para autores argentinos y de u$a10o equivalente en otras monedas, para extranjeros), para gastos operativos. El envío (el remitente deberá sr el seudónimo adoptado) puede hacerse en un solo sobre, adentro estarán los otros que identifican a las obras en sus respectivas categorías. Los autores deberán hacer los envíos a:SERVº Concurso internacional de poesía, cuento y carta, personalmente o por correo a: Ferrari  148 e/ Larrea y Alberdi (CP 1980) Coronel Brandsen, Buenos Aires,  Argentina, pueden ser enviadas por simple, certificadas u otra medio (recomendamos certificadas por cuestiones de seguridad, ya que el SER no se hará responsable de las cartas no recibidas, en tiempo y forma)hasta el día 10 de agosto de 2016. Se respetará el matasellos del correo, hasta diez (10) días después de finalizado el vencimiento, siempre y cuándo coincidan las fechas respectivas. Asimismo se podrán solicitar reglamentos a: sociedadescritoresregionales@gmail.com
Artículo 3. Las obras en Poesía, se aceptarán hasta tres (3). Serán metro, forma y tema libre, de hasta 34 versos cada una.
Artículo 4. Las obras fuera de concurso serán donadas al Complejo Bibliotecario La Plata y las premiadas quedarán en la biblioteca del Paseo de las letras.
Artículo 5. El Jurado estará integrado por personalidades de reconocida idoneidad, en el campo literario.Que se darán a conocer el día de la entrega de premios. Un representante de la Universidad Nacional de La Plata, otro de una entidad rectora de la actividad y unode una prestigiosa biblioteca. El fallo del jurado será inapelable y cualquier situación que surja habráde ser resuelta por el mismo, cualquier agravio contra miembros de la institución o el jurado será motivo de exclusión y de acuerdo a la gravedad se procederá a la inmediata denuncia penal.Se juzgará por puntaje. Los Premios no podrán declararse desiertos. Se entregarán en el mes de noviembre en lugar a designar, Casa del Tango en La Plata o Sociedad Médica de Brandsen o Sala Municipal de Cultura.
Artículo 6. Se establecen: 1er. Trofeo y (Diploma) 2do y 3er. Premio;medallay (Diploma). 7 Menciones de honor (Diploma)y 3 Menciones especiales y habrá, si se considera necesario, Menciones de jurado (Diploma) y la correspondiente difusión nacional e internacional de las obras ganadoras.
Artículo 7. Los participantes se deberán ajustar estrictamente a lo concertado en este reglamento, caso contrario quedarán fuera de concurso. Todo caso no previsto en las presentes  instrucciones, será resuelto por el SER y el Jurado.
Nota: NO ACEPTAREMOS TRABAJOS QUE LLEGUEN CON MÁS DE UN SEUDÓNIMO O AUTOR O POR MEDIOS NO ESPECIFICADOS, REFERENCIAS POLÍTICAS, INSULTOS Y AGRAVIOS, COMO TAMPOCO, OTROS EN QUE SE CONSIGNEN TEXTOS EXTENSOS, DE OTROS AUTORES. YA QUE SERÁN CONSIDERADOS COMO PLAGIO.
NO SE RECIBEN TRABAJOS VÍA MAIL.

jueves, 18 de febrero de 2016

Carlos Aprea: sus respuestas y poemas - Entrevista realizada por Rolando Revagliatti

Carlos Aprea nació el 14 de diciembre de 1955 en La Plata, donde reside, capital de la provincia de Buenos Aires, la Argentina. Fue secretario legislativo del Bloque del Partido Socialista en el Concejo Deliberante de La Plata en el período 2002/2005 y miembro fundador de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria (2003/2006). Ha sido columnista en diversos programas radiales y ha dictado talleres sobre formación actoral, creatividad y poesía. Publicó los poemarios “La intemperie” (Ediciones Al Margen, 1999), “Abrigo” (Ediciones Al Margen, 2006), “La camisa hawaiana” (Libros de la Talita Dorada, 2010), “Pueblos fugaces” (Libros de la Talita Dorada, 2012), “Villa Elvira” (Pixel Ediciones, 2014). Su quehacer ha sido incluido en diarios y revistas tanto en soporte papel como electrónico, y en las antologías “8 poetas regionales” (2º Premio Concurso EDELAP de Poesía, 1997), “Poesía 36 autores” (La Comuna Ediciones, 1998), “Pan, amor y poesía — Culturas alimentarias argentinas” (compilación de José Muchnik, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, 2008), “La Plata Spoon River” (compilación de Julián Axat, Libros de la Talita Dorada, Colección Los Detectives Salvajes, 2014), “Antología relámpago” (Pixel Editora, 2014).
          1 — Te recibiste de Técnico Químico en 1974.
          CA — Sí, entonces concluí el “colegio industrial”. Luego del interregno del obligado servicio militar, en 1975, comencé estudios de geología en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata, en 1976, y los interrumpí en 1978. También entre 1976 y 1980 formé parte del Taller de Investigaciones Dramáticas dirigido por Carlos Lagos y más tarde integré un numeroso equipo de trabajo bajo la dirección de Quico García, que en 1981 y 1982 llevó a escena una elogiada versión de “Woyzeck”, de Georg Büchner. Mi continuidad actoral se prolongó hasta 1985, participando en “Escorial, la leyenda negra”, con dirección de Rafael Garzanitti (1982), “Vincent y los cuervos”, con dirección de Quico García (1983/84, La Plata; 1984, Capital Federal) y “Antonito el Camborio”, oratorio y coro de la Facultad de Bellas Artes, UNLP (1985). Por entonces fueron apareciendo mis primeros trabajos de escritura en las revistas culturales “Talita” y “El Hormiguero”. Ejercí como Técnico Químico en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET, 1977 y 1980/82), de donde me fui echado, por diferencias “conceptuales” con el director del centro de investigación. Cumplí funciones como Inspector de Perforaciones en Obras Sanitarias de la Provincia de Buenos Aires (1978/1980) hasta que la política (de la dictadura) en el área dio un giro, desarmaron la repartición y preferí cambiar antes que quedar en una extraña oficina de “mayores costos” para el Estado y “mejores ganancias” para las empresas contratistas.
  
          2 — ¿Y ya después?...
          CA — En los primeros años de democracia me desempeñé en la librería “Libraco”, de Emilio Pernas, donde conocí a intelectuales y artistas que regresaban de distintos exilios (León Rozitchner, Saúl Yurkievich, Javier Villafañe, etc.) y visitaban al viejo librero. Verdaderamente, “Libraco” era una fiesta. Desde 1985 hasta entrados los ’90, mi endeble situación económica y la falta de trabajo, me obligaron a alejarme de mi ciudad, de la actividad grupal y del teatro. Inicié una fase de mayor introspección, y la escritura y mis hijas fueron la posibilidad de asirme a la belleza y la esperanza. Recién en 1988 y gracias a los oficios de mi padre, pude ingresar a Yacimientos Petrolíferos Fiscales y estabilizarme, pese a la crisis general. Con turnos rotativos continuos fue muy difícil retomar proyectos grupales, pero seguí escribiendo. En 1997, por el empuje de amigos (particularmente el poeta, filólogo, traductor y docente Juan Octavio Prenz), decidí dar a luz algunos poemas, presentándome en un concurso en donde obtuve el segundo premio y mi primera publicación en una edición colectiva. Paralelamente, la Editorial Municipal La Comuna (con la dirección del narrador Gabriel Bañez y la especial asistencia del poeta Osvaldo Ballina) incluyó poemas míos en la primera antología de poetas platenses que proponía dicha Editorial. Allí se afianza una nueva etapa en donde a la generosidad de Osvaldo, sumo la de Ana Emilia Lahitte (1921-2013), quien también me alienta. Y, sobre todo, me integro a un grupo de poetas de mi generación: Gustavo Caso Rosendi, César Cantoni, Martín  Raninqueo, José María Pallaoro, Norma Etcheverry, Norberto Antonio, etc. y tengo el gusto de tratar a los mayores: Horacio Castillo, Néstor Mux, Horacio Preler. En ese marco, decido editar mi primer libro, “La intemperie”, con una joven editorial (Al Margen) y con un prólogo de Prenz.
          3 — Tu actividad teatral, y hasta cinematográfica, prosiguió.
          CA — En la década de los ´90 dirigí a una excelente actriz platense, Graciela Sandoval, en “Memoria y celebración”, unipersonal con textos míos y citas de diversos autores, pero recién a partir del nuevo siglo pude retornar con plenitud a la actividad. En 2006 dirigí “Pervertimento y otros gestos para nada”, de José Sanchís Sinisterra, y en 2007  regresé a la actuación en “Ensueños – Juana Azurduy”, de Omar Mussa y dirección de Nina Rapp, obra que representamos no solo en La Plata sino en el interior de la provincia y en distintas localidades del país, entre 2008 y 2013. Y con el mismo equipo realizamos “Palabras… La palabra ausente” en 2009 y 2010. En 2011 un accidente de trabajo me alejó de la actuación y posteriormente apenas intervine en algunas funciones de “Ensueños” con el mismo elenco.
          Fue en 2007 cuando participé en el cortometraje “Entropía” (Facultad de Bellas Artes – UNLP), y en 2013 en “Cipriano. Yo hice el 17 de octubre”, largometraje de Marcelo Gálvez, y en algunos capítulos de una serie breve, que recién en los últimos meses pudo verse por la web: “Rastreros”, con guión de Marcelo Landi y Gabriel Saxe y dirección de Mariano Colalongo. La serie plantea el devenir de un grupo de refugiados en la Isla Paulino (de Berisso), en un futuro postapocalíptico, con inundaciones, desastres energéticos y  quiebre del estado.
          4 — ¿Nos ilustrás respecto de las antologías compiladas por José Muchnik y Julián Axat?
          CA — Ambas son “temáticas”, responden a una situación extra literaria. En el caso de “Pan, amor y poesía – Culturas alimentarias argentinas”, fui convocado a partir de mi participación en la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria y en experiencias vinculadas a lo que se da en llamar “desarrollo local”: el cultivo del tomate platense y el vino de la costa, dos producciones muy típicas de la región donde vivo y cercanas a mi historia personal. En el caso de “La Plata Spoon River”, fue por una invitación del poeta y editor Julián Axat quien, a partir de la tragedia padecida en mi ciudad con la terrible inundación de 2013, decide incorporar a un grupo de poetas de distintas zonas del país, para que asuman, al estilo de Edgar Lee Masters, la escritura de un texto o poema póstumo de alguno de los ochenta y nueve fallecidos, es decir, darle voz a quienes no pudieron tenerla e incluso fueron silenciados y ocultados por mezquinos cálculos políticos (ya que el número total de víctimas, al principio, no quiso ser reconocido por las autoridades); fue una labor compleja pero, creo, necesaria.
  
          5 — En el aglomerado urbano Gran La Plata se halla la localidad Villa Elvira, y así se titula tu último poemario.
          CA — Villa Elvira es un barrio muy extenso y probablemente el más poblado de la periferia del casco histórico de La Plata. Es donde pasé mi infancia y casi toda mi vida adulta, desde que regresé en 1985. Los textos que conforman el volumen reflejan historias, personajes y sensaciones vividas; y las transformaciones sucedidas en los últimos años, que han cambiado sustancialmente al entorno urbano y sus pobladores. Me llevó su tiempo no caer en la trampa melosa de la nostalgia y encontrar el tono justo para el conjunto. Considero que algunos de los poemas se salvan.
          6 — ¿Y tu próximo poemario?
          CA — Me suele suceder que tengo varios proyectos “añejándose” en alguna carpeta de mi computadora o incluso, en algún conjunto impreso, dando forma embrionaria a un futuro libro. Pero hay ya una colección de poemas corregidos que articulan un relato amoroso, una experiencia, que probablemente se llame “Layla en la tierra sin mal”. Tengo otro conjunto que estoy preparando con el título de “Tregua en la propia casa” y un tercero, muy breve, “Historia natural – Canciones escanciadas”. En los tres casos, la cuestión del amor, los vínculos humanos, están en el centro de la escritura y al mismo tiempo, hay un homenaje, más o menos velado, a canciones o formas musicales que me han acompañado y me acompañan aún, entrelazadas con la vida. 
          7 — Sos miembro de Pixel Editora.
          CA — Sí. Participo en una experiencia colectiva, independiente y autogestiva, que lleva adelante un entusiasta grupo de jóvenes en una casa–librería llamada “El Espacio”, en la calle 6 y diagonal 78 de La Plata, en donde coexisten una librería, distribuidora y editorial (“Malisia”), otras tres editoriales (Píxel Editora, Club Hem Editores y EmE), un taller de diseño, arte gráfico y encuadernación (Fa) y otras iniciativas afines al libro y la difusión cultural (Agenda Záz). El ámbito permite el dictado de talleres, presentaciones de libros y lecturas, proyecciones, pequeños recitales musicales, etc. Ya cumplió un año de trabajo ininterrumpido ofreciendo un refugio para la creación, el intercambio y el encuentro, lo que me gusta llamar “la socialización de los afectos”, imprescindible frente a la ferocidad del mundo.
          8 — Dos citas de Baruch Spinoza y una de René Char anteceden cada uno de los tres capítulos de “Abrigo”.
          CA — Alguien escribió una vez que las citas en un texto son como puntales, que el autor coloca aquí o allá con la pretensión de que sirvan de sostén a una construcción de la cual duda…; también es posible que funcionen al estilo de las oraciones cristianas o de las invocaciones a los dioses protectores. Prefiero pensar que son un modesto homenaje, una confesión de influencias. Releo cada tanto “Hojas de Hipnos” de Char y su hondura me fascina, es puro alimento; y encuentro en Spinoza algunos caminos para entender los males de la época. “Abrigo” arma lazo con el descubrimiento de la esperanza, después de “La intemperie”, y tanto uno como otro me han acompañado en ese derrotero.

          9 — “Pueblos fugaces” está precedido en cada sección por epígrafes de Thomas Radcliffe (1525-1583).
          CA — “Pueblos fugaces” nació a partir de un conjunto desordenado de poemas vinculados a experiencias de viaje; fue tomando más volumen cuando comenzaron a irrumpir lugares imaginarios. Me obsesionaba encontrar un orden a ese conjunto y así apareció Thomas Radcliffe, un heterónimo insospechado que me asaltó una noche de insomnio y me ofreció un libro apócrifo: “El camino del andariego”. Seguramente operaron en mí algunas lecturas sobre las andanzas de Aimé Bonpland y Alexander von Humboldt por América, y algunos viajeros ingleses y galeses por la Patagonia, como para dar vida a este ignoto epigrafista.
          10 — Fuiste incluido con un artículo o relato en un volumen cuya autora es Ángela Gentile: “Diáspora griega en América” (Editorial Hespérides, La Plata, 2015).
          CA — La propuesta surgió a partir de la invitación de una amiga, la escritora y docente Ángela Gentile, fundadora de la Asociación “Ser Griegos”. Consistió en elaborar una biografía ficcionalizada, de unas 2000 a 2500 palabras, contando con escasos datos obtenidos oralmente, de una persona real, un griego de la ciudad de Berisso, para formar parte de un libro coral que recogiera vidas de exilados griegos en Argentina y América Latina: el enorme patrimonio que aportaron y sus historias en la tierra natal. En mi caso, la brevedad y complejidad del testimonio oral que se me ofreció, me sumergió en una apasionante búsqueda por la geografía y el devenir contemporáneo de Grecia. Cuando el volumen se presentó logré conocer a miembros de la familia de quien había contribuido con su testimonio y completar la semblanza de alguien a quien aprendí a respetar y apreciar como un auténtico testigo de su pueblo.
  
          11 — ¿Nos referimos a tu condición de melómano?
          CA — Con preferencias por el jazz (de los ‘50 para aquí), el rock, la música folklórica argentina, latinoamericana y europea, la música barroca y contemporánea. Crecí en una familia con escaso bagaje musical, vinculada a las colectividades de origen, italiana y española y, en el caso de mi padre, por esa vocación argentina de los hijos de inmigrantes por el tango. Era un amante de Gardel, el uruguayo Julio Sosa y el tango de los ‘40 y primeros ‘50, pero aborrecía a Astor Piazzola. Mi formación arranca tanto por el rock como por los cantautores de los ‘60: Joan Manuel Serrat, Paco Ibáñez, Patxi Andión, y la nueva música folklórica argentina y latinoamericana: Violeta Parra, Alfredo Zitarrosa, y un largo etcétera. Con el jazz me encuentro en los comienzos de la dictadura de 1976 y empiezo a escuchar a los grandes del bop y del cool de los años ‘50 y ‘60. Me enamoro de Miles Davis, Keith Jarret, ¡Charly Haden! y muchos otros. Hay un acervo cultural enorme en los años que van desde final de la segunda guerra a los ‘80, por lo menos. Considero que se ha ido perdiendo esa riqueza y hay una estandarización tremenda de las propuestas musicales (lo mismo que con la cultura en general) que se corresponde con lo que Castoriadis llamó “el avance de la insignificancia”. Estamos en una época en donde la profundidad puede hallarse en la experiencia con pequeños grupos, fuera de la grandilocuencia de los planteos del “mainstream”, de los presupuestos y dictados del “mercado”. Estamos inundados, por otra parte, de un interminable “revival” y refritos de músicas de las décadas pasadas, y eso es solo otra estrategia de mercado: golpes de pura y envenenada nostalgia.
          12 — Tengo entendido que has viajado tanto como te ha sido posible.
          CA — Por arraigada convicción y necesidad vital. Recorrí gran parte de nuestro país, varios de Latinoamérica y algo de Europa. Hay un cambio psicofísico comprobado en quienes prepondera el hábito de los viajes. Un nuevo sentido de pertenencia a la manada humana, de respeto frente a las nuevas geografías. Una manera mejor de ubicarse frente a los propios conflictos, las expectativas, las esperanzas. Y lo más conmocionante, el mayor aprendizaje es cuando uno se anima a “perderse” por callecitas, por senderos poco explorados, por fuera de la postal turística. Recuerdo ahora, por ejemplo, una charla con un maestro campesino de Cotacachi, en Ecuador, que mantuvimos mientras almorzábamos en una feria de comidas típicas y bailes, donde permanecimos hasta proseguir nuestro trayecto a Quito. El maestro nos explicó, con absoluta calma y dedicación, la concepción de justicia de las comunidades indígenas andinas, en donde enseñaba. Terminamos de almorzar y se despidió calzándose el sombrero y diluyéndose entre el gentío.
  
          13 — ¿Y los deportes?...
          CA — No he sido un buen deportista precisamente, pero me atraen los deportes de equipo. En futbol soy hincha (no fanático) de Gimnasia y Esgrima La Plata, y del Barcelona F. C., como para compensar tanta sequía de triunfos locales. Hay una belleza implícita en el buen juego que, cuando sucede, provoca una emoción sin dudas estética. Siento que pasa lo mismo en el rugby o el básquet. Pero no he mantenido hábitos deportivos; si algo me ayudó a sostener alguna disponibilidad física es la práctica teatral y las disciplinas vinculadas.
  
          14 — Sos miembro de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Plata.
         CA — En realidad, he sido miembro activo durante algunos años, a fines de la década de los ‘90. Sucede que por haber trabajado, a comienzos de la recuperación democrática, junto a Emilio Pernas, miembro fundador de la APDH de La Plata, conocí a muchos de sus integrantes y valoré (y valoro) su sostenida defensa y promoción de los derechos humanos. Las consecuencias de la última dictadura militar sobre el tejido social y cultural de nuestra región han sido tremendas. La Plata fue uno de los epicentros de la represión sistemática y las huellas están presentes aún hoy. Dentro de la actividad artística fue casi impensable para nuestra generación no reflexionar sobre esa época y actuar en consecuencia tratando, al menos, de impulsar la verdad y la justicia sobre la barbarie cometida y el castigo a los culpables.

          15 — Si sos un tipo sociable y hasta te agrada cocinar —según me refirieron—, tendrás bastantes amigos.
         CA — A esta altura de la vida, ¡y después de varios años de intoxicaciones virtuales!, no creo que la amistad tenga que ver con la cantidad, tampoco con una selección de distinguidos o exquisitos. Pero es cierto que me gustan las reuniones, la conversación, la charla animada con algún brebaje compartido y esa leve exaltación de los sentidos que hace que la afabilidad y la empatía brillen. Hay que preservar y ampliar esos espacios de convivencia. Hay una concepción de la cultura como mero entretenimiento que está matando la formación de un público inteligente y sensible frente a los problemas humanos. Una alternativa igualmente miserable es la idea de lo culto como una acumulación de datos, como si se tratara de postales o fichas para demostrar cierta pertenencia social, cierto “roce”. En ambos casos se degrada el trabajo creador y el hábito del dialogar, del intercambio, no solo de certezas, sino de lo que es más importante: dudas, hipótesis imprecisas, el riesgo del placer de lo inseguro, aquello que por bello o insondable nos conmueve. En ese momento cada uno se cierra en una ristra de lugares comunes y la amistad, como el amor, se degrada.
  
          16 — ¿Qué poetas admirables, olvidados o no tanto, no han modificado el curso de la literatura, y cuáles sí lo han hecho?
          CA — No sé responderte. Quizás porque no tengo un canon adquirido, ni una formación académica con la cual dialogar, discutir, aprobar, refutar. Evalúo, más bien, que en la historia hay “corsi e ricorsi” y además, somos parte de una cultura en profunda mutación, cuyo sentido, su dirección, es para mí un misterio. Por ejemplo, ¿alguien ha recogido el guante de Miguel Ángel Bustos [1932-declarado desaparecido por la dictadura militar el 30.5.1976] y estudiado a fondo las poéticas de las culturas originarias de América como para generar un nuevo lenguaje americano? ¿Es posible ir más allá de las búsquedas de un Gelman o Leónidas Lamborghini con sus planteos sobre la lengua? ¿Es posible recuperar o reformular el vínculo de la poesía con el ritmo y la música presentes en los orígenes del propio idioma español? ¿Es posible superar cierta desmedida atracción por un canon “norteamericanizado”? Por otra parte, hay una excesiva propensión a fijar campos, clasificar, esquematizar o periodizar a la cultura, y a mí no me interesa. Es una tarea de la Institución. Lo que debe ser facilitado es el acceso a la poesía universal y después, que cada uno encuentre su poeta. Reconozco que en distintas etapas he necesitado la novedad, y en otras volver a las fuentes de mis primeras lecturas o de la propia lengua, pero en todos los casos, yo no puedo separar totalmente poesía y experiencia y ése es mi límite, tanto para la exploración como para el gusto. Entonces no se cuán olvidado está un Cesare Pavese o un Baldomero Fernández Moreno, por poner algún ejemplo, porque el problema es otro: muchos no los conocen y sus lecturas están guiadas por el canon de cierta moda muy sitiada y elemental.
   
          17 — En “Yo el supremo” de Augusto Roa Bastos, esto: “Delirio de la transparencia: el lector, olvidado del libro, se ve mirado y leído por los personajes”. ¿Alguna experiencia tuya de lectura se acercaría a lo descripto?...
          CA — Sí, lo he percibido en mi adolescencia, con algunos libros de Bradbury (recuerdo, por sobre otros, “El vino del estío”); lo he sentido en los ‘90 con algunos de Paul Auster; no olvido el impacto de la lectura de Roberto Arlt en mi juventud, el terror de ser un Erdosain sin rumbo, vagando por una ciudad devastada. Hay algo en los grandes libros que inevitablemente nos interpela en tanto humanos, nos enfrenta con nuestras propias dudas y decisiones vitales. Pasa con la gran literatura, con la gran poesía. Cómo no recitar en plena dictadura, como un mantra mental, el “mañana es mejor” del amado Luis Alberto Spinetta; cómo no sentir que Raúl Gustavo Aguirre cuando escribe “(...) No importa que no haya solución para nadie ni perdón para nadie,/ ni si al fin estás solo en las salinas de la madrugada/ haciendo todo lo posible para que salga el sol,/ para que esos rostros queridos no se hundan en los rápidos de la nada/ que acecha tanta maravilla”, está hablando de nosotros, de nuestra tremenda orfandad, de nuestra esencial desolación. 
  
          18 — ¿Qué te hace reír a mandíbula batiente?
         CA — Desde hace dos años, el humor, la alegría, tienen que ver con mi nieto. Es difícil no caer en lugares comunes, pero la presencia de un niño revitaliza al niño propio y con él uno se permite toda clase de ridiculeces y absurdos. Siempre me ha entusiasmado ese tipo de comicidad. Puedo escuchar una y otra vez algunos de los monólogos de Daniel Rabinovich con “Les Luthiers” y no dejo de llorar de la risa con sus juegos de palabras; lo mismo me pasa con los grandes del cine mudo, como Chaplin o Buster Keaton.
          En lo estrictamente personal, me complace recrearme con el ridículo cuando tengo la posibilidad de hacerlo, sobre todo para escapar de cierto malestar que me “encabrona” como consecuencia de realidades que me violentan (también, claro está, por el propio avance de mi edad). Pese a diferencias, o incluso algún que otro malentendido, con mis hermanos sobrevive cierto hábito del juego absurdo y el humor, y es muy curativo.

  
          19 — ¿Carlos Mastronardi, Francisco Madariaga o el ya citado Leónidas Lamborghini?

           CA — Me golpeó primero Madariaga, ese “criollo del universo” me parece entrañable y bellísimo, esa especie de sincretismo entre la vanguardia surrealista y su amor por la tierra natal, “lo real maravilloso” de los esteros, imágenes de una potencia arrasadora. En Lamborghini me seducen sus escarceos sobre los mecanismos del idioma y su vocación política profunda. Política en el sentido más ubérrimo del término, como sentía Vallejo o Gelman; en Lamborghini hay una ironía que viene en la lengua amasada desde el fondo de nuestra historia, presente en nuestras clases populares, en sus mitos y en sus esperanzas y luchas, y él opera con todo el andamiaje de la vanguardia, para resignificarla, para hacerla presente vivo. Con Mastronardi me he atrevido poco, y lo poco leído lo debo a los poetas mayores de La Plata. Alguna vez charlamos con Mux o con Preler sobre lo que significó Mastronardi para ellos; creo que su poesía está emparentada con las suyas, una forma de llegar a una economía del lenguaje sin altisonancias, sin recarga emocional, un “objetivismo de provincia” me animo a decir, para poder hablar de graves o sencillas cosas y conservar un sentido casi sacro del poeta y su oficio, esquivando banalidad y grandilocuencia, dos graves carcomas del poema.
  
          20 — ¿Sor Juana Inés de la Cruz, Katherine Mansfield o Delmira Agustini?
          CA — No son escritoras que haya leído exhaustivamente. Me siento más cerca de Katherine Mansfield, por temperamento, por su peripecia vital, pero volver a leer a Sor Juana o a Delmira es refrescar el idioma propio. Necesito, cada tanto, releer la extensa historia de nuestro español. No se puede, me parece, abandonar a Quevedo, Jorge Manrique, Cervantes…, San Juan de la Cruz, las cántigas de Alfonso X, los viejos romances, los cantares de gesta… 
   
          21 — Opina una de las dos narradoras de la novela “La elegancia del erizo” de Muriel Barbery: “La facultad que tenemos para manipularnos a nosotros mismos para que no se tambaleen lo más mínimo los cimientos de nuestras creencias es un fenómeno fascinante.” ¿Añadirías…?

          CP — A pesar de que sabemos que somos equilibristas, allí arriba, entre vientos cruzados, sonidos sorpresivos, un pájaro inesperado que nos roza el hombro y el rumor que sube desde quienes nos observan desde el suelo, ajustamos milimétricamente cada músculo del cuerpo, segundo a segundo, para no caer de la cuerda… Pero tal vez sentimos que somos como las casas flotantes de Ámsterdam o el Tigre: no hay cimientos, nuestras creencias no pueden sostenerse como una roca imperturbable en un planeta en permanente mudanza, en permanente desarraigo. Quizás lo único inmutable sea la interrogación que llevamos grabada a fuego dentro nuestro y empuja algo parecido a una fe, algo para tener con qué seguir viviendo. 
  
          22 — “¿La rutina te aplasta?” ¿Qué rutinas te aplastan?
          CA — ¡Deseo un poco de rutina…! Estos últimos años han sido muy activos, con proyectos y participaciones diversas, con muchos encuentros, charlas; no percibí que me hayan provocado desánimo, que me hayan “aplastado”. En todo caso, me han golpeado datos de la realidad social y política, de la cual solo puedo responder con mi cuota de esfuerzo y aspiraciones. En más de una oportunidad he sentido la urgencia de vivir con la mayor intensidad posible.
          23 — ¿Qué tipo de dramaturgia preferís? ¿Cuál detestás?...
          CA — Hace unos meses vi “Terrenal”, de Mauricio Kartun y salí exultante del Teatro del Pueblo. Es la dramaturgia que más me interesa: replantea una gran historia universal trasplantada a nuestra geografía y nuestro acontecer (y con una labor actoral soberbia a partir de un evidente buceo en la gestualidad y el juego y el sinsentido propio del humor de insoslayables actores que hemos tenido por aquí). No es la primera vez que me pasa con Kartun. Detesto la dramaturgia que no arriesga, el subproducto televisivo. Y, en parte, el teatro de gran producción (particularmente la comedia musical) que se ofrece como un calco de producciones importadas, sin trazos de adaptación o relectura: una nefasta banalización.
Carlos Aprea selecciona poemas de su autoría para acompañar esta entrevista:
 También vivimos
de recuerdos,
de evocaciones,
también vivimos
en la playa desolada,
desguarnecidos,
llamando inútilmente
en la tempestad,
también vivimos
la marea baja lenta
y se vislumbran
manchas,
basuras,
restos
sobre la playa,
caminamos
sobre la anatomía descuartizada
de la derrota,
aún son tenues los llamados,
tenues y temerosos,
un horizonte en brumas,
así
también vivimos
entre ceremonias de exhumación
y primaveras
esta nueva estación
y sus milagros
de horas dilatadas,
de reencuentros,
de homenajes tardíos y delirios,
del sabor amargo de la nada
y el hambre
de lo imposible,
y la fe y los rencores,
también vivimos.
                         (de “La intemperie”)