jueves, 3 de junio de 2010

Solidaridad con el pueblo wichí

Se habla de los pueblos originarios. Se los saca a relucir en las asunciones presidenciales o en otras oportunidades donde se quiere dejar para la historia discursos políticamente correctos, pero en la práctica nadie atiende sus reclamos por la posesión de la tierra, ni por la defensa del medio ambiente y siguen apareciendo noticias en los diarios, como la que se detalla a continuación:

A principios de mayo, cuatro jóvenes de la comunidad wichí de Salta fueron detenidos y torturados hasta hacerles confesar un crimen que no habían cometido.
"Evangelina Pisco, una joven de 16 años, salió de un boliche acompañada de sus amigos, cuando desapareció en una alcantarilla. Los pedidos de auxilio de sus acompañantes fueron desoídos. María Eugenia Aramayo declaró en idioma wichí que ella vio cómo su prima Evangelina se iba caminando hacia su casa.“De pronto vi que desapareció en el pozo. Corrí hacia ese lugar y empecé a gritar que ella se había caído. María Eugenia Aramayo terminó presa, junto con Rebecca Andrada, Claudia García y Luis Campero. Los cuatro fueron golpeados y torturados, incluso con picana eléctrica, durante dos días consecutivos. “Hablá, mataca de mierda, confesá dónde tiraron el cuerpo”, le gritaban los policías a la joven. De las declaraciones que hicieron los cuatro jóvenes surgen que hubo golpes de puño, puntapiés, submarino seco y picana.
Cuando días después apareció el cuerpo, la autopsia reveló que la joven había muerto en forma accidental, cuando cayó en la alcantarilla".

Cuando suceden estos atropellos queda demostrado que las palabras que se pronuncian no se corresponden con los hechos. Muchos de los que las pronuncian prefieren tapar la realidad ¿con una cuota de cinismo?. Todos son iguales ante la ley, dice el artículo 16 de la Constitución Nacional, pero parece que no todos lo conocen y si lo conocen en la práctica no se cumple.
GSF

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