La escritora rumana - alemana Herta Müller, nacida en 1953 en Nitchidorf, fue galardonada por haber "dibujado los paisajes del abandono" con "la densidad de la poesía y la objetividad de la prosa" Estudiante y luego joven traductora en una fábrica, Müller fue siempre opositora al régimen de Nicolae Ceausescu, y resistió a las presiones de la Securitate, la policía política del régimen, rehusando servir de delatora. El nuevo secretario permanente de la Academia Sueca, Peter Englund declaró: "Es una gran artista de las palabras, pero no es sólo una gran artista, tiene también algo que contar".
Desde su primer libro de cuentos, En tierras bajas, escrito en 1982, pero censurado en Rumania y publicado solamente dos años después en Alemania, Müller no cesó de describir las condiciones de vida bajo la dictadura, con su cortejo de "corrupción, de intolerancia, de opresión"
Englund manifiesta que en su obra se cuenta "una historia muy intensa" con un estilo "único", "Basta con leer media página para saber que un texto es de Herta Müller", por sus "frases cortas, riqueza de las imágenes y una precisión extrema en el manejo del idioma".
A continuación un pequeño fragmento de un texto de Müller
LA AGUJA
Aún hay luz en casa del carpintero. Windisch se detiene. El cristal de la ventana reluce. Refleja la calle. Refleja los árboles. La imagen atraviesa la cortina.
Penetra en la habitación por entre los ramilletes de encaje. Junto a la estufa de azulejos hay una tapa de ataúd apoyada en la pared. Aguarda la muerte de la vieja Kroner. Su nombre está escrito sobre ella. Pese a los muebles, la habitación parece vacía entre tanta claridad.
El carpintero está sentado en una silla de espaldas a la mesa. Su mujer, de pie ante él, se ha puesto un camisón de dormir a rayas. Tiene una aguja en la mano. De la aguja cuelga un hilo gris. El carpintero tiene el dedo Índice estirado hacia ella. Con la punta de la aguja, su mujer le quita una astilla de la carne.
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