martes, 2 de junio de 2009

I Concurso de Microrrelatos " Claves en Diagonal"

Microrrelatos recibidos en el mes de Mayo

1) Mágica fotografía

Durante un instante, todas las criaturas de una fotografía, cobraron vida y tuvieron voz. Mirábanse los unos a los otros. Algunos eran niños con sus trajes de comunión, mujeres con elegantes vestidos adornados con una camelia en el escote y hombres que conversaban animadamente. La abuela con su mirada suplicante pedìa que jamàs perdiésemos la memoria. Alguien nos reunía alrededor de las verdades que salían a la luz.
Quedaron atrás las tramas màs oscuras. Cada uno tomó del viejo arcón lo suyo. Dentro de un calidoscopio giraron retazos de vidas pasadas.
Seudónimo: GAVIOTA

2) PRISIONERO
Marité, con sus seres queridos celebraba sus quince años.
María, su gran amiga lucía bellísima; se le acercó sonriendo Fernando, un joven poeta que mientras bailaban le susurraba poemas de amor. En los días subsiguientes le dejaba
poesías por debajo de la puerta.
Pero María estaba enamorada de José con quien años más tarde se unió en matrimonio.
Cuando celebraron sus Bodas de Oro, María y José salían del templo tomados del brazo.
En el último banco, un bohemio muy delgado y con el cabello entrecano ensayaba en sus hojas nuevas estrofas que al salir dejó caer en la vereda.
Seudónimo: MILPI


3) Viajes

Un cúmulo de sensaciones... Mis viajes... un placer onírico y tangible.Primero recorrí bosques y parques, sentada cómodamente, disfrutando el paisaje otoñal.
Después me acerqué al muelle y subí a un pintoresco barco de pocos pasajeros. Bajé en puerto seguro, vivenciando todavía el movimiento del mar.
Más tarde, divisé la llanura y corrí a treparme al roano que tanto me gustaba. Justo en ese momento Pedrito lo estaba montando, y ya no había otro. Cuánto lo lamenté.
Tanto fue mi pesar... que me bajé de la calesita.
Seudónimo:Jugando


4) EL MAR

Verano del 2000. Cumplías sesenta.
Erguida, firme sobre tus tacones caminabas cada mañana las maderas hasta su final, después hundías, casi con recelo, tus pasos en la arena… Desde la sombra protectora sólo lo observabas.
Fascinante! llegaba obligado, deshecho en espuma para luego alejarse con rapidez; ¡tan efímero!, rutinario, tan sin expectativas…
El torbellino estaba mar adentro, donde se revolvían movimientos impresionantes, donde peces de colores y tiburones seguramente horadaban sus entrañas.
¡Cuanta libertad! Cuanta envidia…
- ¿Dónde mora mi espuma? – pensaste- estéril, yerma, solitaria.
Después... tus manos fueron olas, tus dedos, espuma
Por primera vez, estallaste sobre tu playa.
Seudónimo: VICUNIA


5) Confesión

Maté a mi mujer. Tuve que optar entre su histeria permanente y los ladridos de Bobby.
Después maté al loro porque me atacó cuando mataba a mi mujer.
A Bobby también lo maté porque no paraba de ladrar...
Seudónimo: José de La Plata


6) Sueños cumplidos
Desplegaron sus alas ...
Los latidos de sus jóvenes corazones los impulsaron a volar.
Tomados de la mano llevaron consigo sus sueños que ya nadie podría quitarles ...pues se habían hecho realidad.
Seudónimo: Luz María Robles


7) UN ÀRBOL
El atropello de la eterna pèrdida...Su màxima creaciòn expuesta. La esencia
viviendo esta danza de perfectas hojas que ascienden crujientes sin ninguna
culpa para morir.
Bailan con trajes dorados chorreando su miel. Ya nunca seràn. Su amor yace
y èl, se duerme.
Seudónimo: tigresa


8) Curiosa frialdad

Tenía 3 años ...y él me intrigaba. Siempre en el parque; sentado y muy quieto.
Lo espiaba desde lejos y sentía curiosidad.
Un día solté la mano de mi madre, y me acerqué. Quería observarlo sin llamar su atención.
Era mayor. En su regazo, estaba un niño que, de pie, se dejaba abrazar; en la otra mano tenía un libro.
Ví su rostro. El ceño fruncido y sus ojos fríos me hicieron retroceder.
Pregunté a mi madre quién era ese señor.
Respondió sonriendo: es una estatua. Es Sarmiento.
Seudónimo: Esteban Delfino


9) SABIDURÍA
El UNICORNIO dorado convertido en esfinge medita bajo el cielo milenario.
El crepúsculo se tiende sobre el horizonte pleno de púrpura belleza.
- ¿Podéis abrir la puerta de tu ORÁCULO? –preguntó la mujer angustiada postrándose ante Él.
- Tal vez – fue la respuesta lacónica.
- ¿La abriríais para esclarecer mis dudas?
El ruego no conmovió al UNICORNIO.
- Tal vez. – El mismo tono, la misma prudencia.
- He perdido el camino, agoniza mi ser en la incertidumbre de no encontrarse. El espejo del afuera no refleja lo que creí ser. ¿Podéis ayudarme?
- No, estáis mirando el espejo equivocado.
Seudónimo NANSHI


10) EXENTO

- Vamos todos, - afirmó él.
- Yo no iré, - respondió ella.
- ¿Qué dices?
- Qué no iré.
- Te lo pierdes, no llegarás a nada.
- ¿Nada? ¿De qué?
- Que estarás así siempre.
Ella no respondió, dio la vuelta y se alejó.
- No te será fácil – pensó él. – Cambiarás de idea.
Encendió el televisor y comenzó a hacer zaping.
Su cara se transformaba a medida que pasaban los canales.
- Ven, mira, esto te interesará.
Ella no apareció ni respondió.
- Se fue – dijo en voz alta,... Si dijo que no quería ir.
CLEAR


11) La incógnita

La distancia no era su problema, suponía cercano el sitio. Tampoco la oscuridad, había desarrollado defensas para enfrentar las tinieblas. Pero la incógnita lo sacudía. No soportaba los interrogantes. Una vida esquematizada, transcurrida en lo banal de los problemas resueltos, modeló una sicología en la que sólo la claridad de cada situación lo atrevían a seguir una propuesta.
Cuando las llamas retorcían el último leño, el hombre insistió en su temor a la incógnita, una vez más su personalidad lo venció: Imposible enfrentar la aventura sin saber con qué se encontraría.
Derrotado, maldiciéndose.... abrió el cajón y guardó el revólver.
Seudónimo: TESTIGO


12)Desesperanza

Sólo llevaba hilachas de su alma desgarrada ... ¡y pesaban tanto ...!
En el camino sinuoso de la vida había perdido lo demás; las ganas de luchar, las fuerzas, los sueños, las lágrimas ... y lo último, lo que nunca se debe perder, las esperanzas.
Como una autómata se acercó al borde del precipicio.
Se sentía subyugada por las violentas olas que golpeaban en las rocas, allá, muy abajo. El ruido del mar embravecido le llegaba con nitidez; la espuma blanca, como invitándola a ir a su encuentro.
Se sintió liviana ... y con frío.
Ya ni siquiera tenía hilachas.
Seudónimo: Denise


13) Ayes

Arrojé la granada. El silencio se pobló de ayes. Era un sueño, naturalmente, sobre aquél otoño del ´82…
Me levanté, calenté el agua y preparé el mate. Un cuarto de siglo había muerto. Miré por la ventana. No había petreles ni tundra..
Adoré al sol…¡Qué suerte disfrutarlo! Algún día nos faltará.
Sobre el arcón, una medalla toda polvo, inmóvil, esperaba la paz.
“Negrita” ladraba a la nada, como si un extraño nos acompañara.
La caricatura de otro día llegaba a mi, acercándome al día del Juicio Final.
Mientras sorbía todavía escuchaba los ayes en otra lengua.
Seudónimo: CARDO AZUL.—


14) Basta de cuentos
Gracias a una receta de la abuela, se comió con muchísimo placer al bicho.
Después, se puso las botas de cuero legítimo que mandó a hacer con el zapatero que vivía cruzando el arroyo.
Se sacó las coletas y se hizo un corte desflecado que le caía por los hombros.
Se maquillo: los ojos de azul, los labios manzana.
Calzó sobre el hombro izquierdo una cartera a tono con las botas.
Se miró al espejo. Se dio el okis y salió despacio por el camino más largo.
Ahora era su turno de salir a cazar lobos.
Seudónimo: Ludmila

Nota: Gracias a todos por participar.
Los lectores que deseen votar por el microrrelato que más les gusta deben hacerlo al mail:
clavesendiagonal@gmail.com
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