SI ABANDONAS AL PERRO
para Consuelo Posada, en nombre de los perros
más tristes de La Habana;
al pequeño Freud y a la pequeña Bia,
in memoriam
Si abandonas al perro
se irá con él la memoria
secreta de la casa,
sus oscuros designios.
El perro abandonado
arrastra por las calles
voces ajenas y recuerdos lúgubres,
babea en las esquinas su memoria.
Si abandonas al perro
dormirá tu pasado a la intemperie
y tendrás pesadillas con sucesos
que ocurrirán más tarde.
El perro abandonado
va contándole a los postes,
a las ruedas de los automóviles,
a las sobras de los restaurantes,
a los zapatos de los desconocidos,
al culo de otros perros,
a la lluvia, a la luna,
a los gatos y a las garrapatas...
quién eres, dónde estás, qué haces.
Si comienzas un viaje circular
y se te acaba la circunferencia,
asegúrate de no dejar el perro.
De mi libro: Yo también pude ser Jacques Daguerre (Poesía, Editorial Pretextos, Valencia, 2001; Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2005);
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