jueves, 31 de marzo de 2016
SEMANA ESLOVACA
La FEDERACIÓN DE ENTIDADES DE BIEN PÚBLICO DE BERISSO adhiere a la
SEMANA DE LA CULTURA E IDENTIDAD ESLOVACA, que se materializó en la
exposición fotográfica iniciada en la Casa Municipal de Cultura, con la
presencia de Autoridades, Cuerpo Diplomático
y miembros de la Colectividad local, afiliada a la Federación, que
estuvo representada por los Dirigentes Comunitarios Stela de Pol,
Francisco Ferenz y Horacio Urbañski.
miércoles, 30 de marzo de 2016
Sandra Cornejo: sus respuestas y poemas Entrevista realizada por Rolando Revagliatti
Rolando Revagliatti
Sandra Cornejo nació el 14 de abril de 1962
en La Plata, donde reside, capital de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Es Periodista y Licenciada en Comunicación
Social por la Universidad Nacional de La Plata. Obtuvo la diplomatura en el
Posgrado de Lectura, Escritura y Educación (FLACSO: Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales). Actualmente se desempeña en el equipo de la Dirección de Promoción
Literaria de la Secretaría de Cultura de
la Provincia de Buenos Aires. Obtuvo
premios y menciones bonaerenses y nacionales. Con notas culturales colabora en
el diario “El Día” de La Plata, entre otros. Es
la responsable de www.eltuertorey.com.ar.
Publicó los poemarios “Borradores” (Faja
de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores; 1989), “Ildikó” (contratapa de Horacio Castillo, 1998), “Sin suelo” (contratapa de Diamela
Eltit, 2001), “Partes del mundo” (contratapa
de Hugo Mujica, 2005), “Todo lo perdido
reaparece” (con prólogo de Mario Goloboff, 2012), “Bajo los ríos del cielo” (contratapa de María Teresa Andruetto, 2014).
Ha sido incluida, entre otras, en las antologías “Poetas argentinas (1961-1980), “Antología
de poetas argentinos II” (Free Verse Website 2009, Irlanda), “El verso toma la palabra” (México,
2010), “Poesía de pensamiento. Una
antología de poesía argentina” (España, 2015).
1 — “Tuve la suerte de crecer entre Chubut,
Catamarca, Mendoza, Córdoba y otra vez Chubut.”
SC — Mis padres vienen de familias
de mucho esfuerzo: abuelos campesinos en Perú, abuelo
herrero y abuela profesora de piano aquí. Papá llegó a estudiar Ingeniería
desde Lima, Perú, y mamá Medicina desde Saladillo, provincia de Buenos Aires.
Para ellos implicaba un logro increíble recibirse.
Se encontraron, y apenas se recibieron, aceptaron el primer lugar que les diera
un trabajo. Esto fue en el dique Florentino Ameghino, en la provincia de Chubut,
en una época en la que residir en el sur era muy duro. A partir de ese tiempo se
trasladaban según lo requería la empresa de papá, Agua y Energía Eléctrica. Fuimos
una familia un poco gitana, de mudanzas y baúles. Íbamos
allí donde se iniciaba una represa hidráulica o había que concluir una obra. Así,
pude transitar por un país que me modeló desde sus entrañas, desde la
grandeza de la gente del interior. Es muy diferente crecer en Las Pirquitas, en
San Rafael o en Esquel respecto de alguna capital grande. En las pequeñas
localidades abunda la magia. En La Plata nací “casualmente” (digamos que en La
Plata sólo aconteció el parto de mi mamá, donde perdimos a mi mellizo). Nunca
fui urbana. Tengo una cosmovisión de montaña, de paisaje, de lago y río. Ya son
muchos y largos los años de vida aquí, pero siento que lo que funda es lo que prevalece.
A la ciudad le debo mi hijo. A la ciudad le debo la puerta hacia el amplio
mundo. Pero tuve la suerte de crecer en el pequeño.
2 — Es desde que egresaste de la
Universidad Nacional de La Plata que fuiste ocupando puestos en ámbitos de
Comunicación Institucional, Gestión Cultural y Educación. Y hoy sos Personal de
apoyo en la Secretaría de Medios de la
Gobernación de la Provincia de Buenos Aires.
SC — Unos días antes de recibirme
ya trabajaba, con la democracia recién nacida. Algunos amigos fuimos ingresando
en distintos espacios de comunicación y prensa. Yo ya vivía sola. Todo era bastante
difícil. Amanecía en un país que empezábamos a descifrar. Fueron tiempos de
aprendizaje y también de cierta orfandad. Luego de unos años, el entonces
subsecretario de Cultura (de alguna manera mi mentor en gestión cultural) me propuso
seguir ese camino. Yo había publicado “Borradores”
(libro ante el cual siempre tuve dudas, fue un empujón de la poeta Ana
Emilia Lahitte). Con cambios y vericuetos hice una carrera en el Estado, ámbito
que cuido y quiero porque considero que el Estado somos todos, no un partido
político o un gobierno de turno. “Personal de apoyo” es una designación profesional
a la que se llega luego de esa carrera, después de ciertas pautas. Hoy acompaño
el equipo de la Secretaría de Cultura de la Provincia. Todo lo que pueda entregar
en el tiempo actual, para mí es un regalo, que agradezco.
3 — Y es desde
que cursaste la Diplomatura en FLACSO que realizás talleres de
literatura en Contextos de Encierro.
SC — En la Diplomatura que realicé
en FLACSO, en especial Ana María Finocchio, me enseñaron a repensar diversos
temas. Desde esa nueva concepción del aprender/enseñar me animé a trabajar con
internos, adultos y jóvenes. En un punto es conmovedor observar el esfuerzo, la
voluntad y la necesidad de expresarse que tienen seres que han cometido, tal
vez, el peor de los daños contra sus semejantes. En la vida todo tiene una
razón de ser. Un sentido. Aún no he trabajado en hospitales, pero me gustaría.
De todos modos, por la profesión de mi madre,
siempre he estado ligada a los hospitales y al ser doliente. El dolor humano,
el dolor del cuerpo, es algo que tendríamos que comprender y asimilar de un
modo más solidario. Mi concepción no es “garantista”, pero apunto al ser, a nuestra
necesidad esencial y común de abrigo. En tal sentido la escritura sana,
acompaña, cobija. La lectura es una especie de hogar; alguna vez nos abrieron la
casa de los libros, y tal vez nos salvaron, es casi una deuda hacerlo con los
otros.
4 — Es alguien a quien el rock no lo entusiasma
(yo), el que inquiere sobre tu Tesis de Grado presentada ante la Facultad de
Comunicación Social de la UNLP, denominada “Recitales de Rock. ¿Contestación o
Alienación? Una Visión Histórico-Social”.
SC — El rock traduce una época
especial. Sergio Pujol me guió con sabiduría
entre las malezas de mi vieja tesis. Intenté analizar los movimientos artísticos
desde distintas perspectivas, sus variadas caras… Y disfruté enormemente
recordando letras o confrontando nuestra idiosincrasia con la norteamericana, por
ejemplo, o nutriéndome del folk, que adoro, y otras vertientes. La música
expresa de manera singular los momentos históricos, y las culturas. Ahora que
hablamos de esto te cuento que una compositora argentina que reside en Nueva
York, Sofía Rei, musicalizó hace un tiempo un poema: “Todo lo perdido reaparece”.
Cuando se producen estos cruces se vuelve más luminosa la soledad.
5 — ¿Es en soporte papel o
electrónico que se publicó en Irlanda la “Antología
de poetas argentinos II”? ¿Es bilingüe? ¿Qué otros poetas han sido
incluidos y quién ha realizado la compilación?
SC — Es una antología bilingüe que
está en soporte electrónico pero que en Irlanda se publicó en papel. La
selección fue realizada por Liliana Heer y Ana Arzoumanian. El responsable allí fue un poeta irlandés muy
interesante, Michael Smith. Liliana Heer, que es imparable, viabilizó la idea. Contactó ambos mundos. Ella suele ser un gran
motor. Hay en esta antología poetas como Mario Trejo, Tamara Kamenszain,
Leonardo Martínez, Romina Freschi, Susana Szwarc, un placer todos ellos. Es un
privilegio haber participar en esa selección.
6 — Y para vos, ¿la poesía…?
SC — La poesía es un regalo. Una
posibilidad de traducir imágenes y sensaciones que nos atraviesan.
Es también un intento de reflejar la incertidumbre, y el asombro, como sugería
la maravillosa Szymborska. La poesía es por ejemplo un
árbol. El sol de agosto sobre el agua helada. La montaña. Los borceguíes sobre
la pendiente. Un puente. Un tono. Un matiz. El origen. El hijo. Porque
en el hijo ya está todo dicho.
7 — En tu condición de periodista cultural
te has ido refiriendo, entre tantos otros escritores, al platense Rafael Felipe
Oteriño, al sueco Tomas Tranströmer, a la chilena Diamela Eltit, al húngaro
Peter Esterházy. ¿Prevés publicar algún volumen que reúna parte de ese quehacer?
Y por contigüidad: ¿tenés ya poemarios a la espera de edición?
SC — La verdad es que no he
pensado en esa posibilidad. Sería interesante, ampliando cada escrito,
actualizándolo. De cualquier manera ahí están esas notas, en la nube o en el
papel. Respecto de un poemario a la espera de edición soy
pausada para escribir. “Bajo los
ríos del cielo” es de 2014. Desde “Sin
suelo” intento trabajar cada poema de la manera más
exhaustiva posible. Tal vez porque en “Borradores” e “Ildikó”
fui muy visceral. Siento no haberlos cuidado lo suficiente.
8 — Augusto Roa Bastos
afirmó: “Immanuel Kant, que no abandonó
un solo día su ciudad natal, es el ejemplo perfecto del peregrino inmóvil del
pensamiento universal.” ¿Qué otros “ejemplos perfectos” de algún tipo de
producción nos aportarías?
SC — Siempre
me impresionó esa situación vital de Kant. Emily Dickinson es otro ejemplo
perfecto. Para darte uno nuestro, aquí cerca, en mi
ciudad, está César Cantoni, del cual he escrito: “César Cantoni es un poeta que viaja a través de la poesía. Se refugia
de vez en cuando en Irlanda, se hospeda seguido en la vasta Norteamérica,
discute sobre las posibilidades líricas con algún crítico alemán, acoge a casi
todo poeta del Este europeo y se mira en España, en lo más puro de la lengua
madre”. Es una nota que titulé “Una poética desobediente”, a propósito de
su libro “El fin ya tuvo lugar”.
9 — A manera de punta de lanza: ¿qué cinco libros marcaron tu vida?
SC — Tendría
que mencionar los primeros, en el inicio, esos de los trece años. Te diría “Desde el jardín” de Jerzy Kosinski, “La hora del vampiro” de Stephen King, “Juan Salvador Gaviota” de Richard Bach,
“Poesía completa” de Antonio Machado
y “Demian” de Hermann Hesse…; no puedo
dejar afuera “El viejo y el mar” de
Ernest Hemingway y “Una muerte muy dulce”
de Simone de Beauvoir. Elección ecléctica, como verás.
10 — ¿De dónde partís para efectuar el análisis de una obra?
SC — La
emoción. Si una obra me conmueve puedo analizarla con
mayor fluidez, de lo contrario es un esfuerzo importante. Observo las
entrelíneas del autor, sus semejanzas con otras obras, sus puntos de apoyo, sus
búsquedas, la singularidad de su lenguaje. Las hay complejas: por ejemplo, la de
Jacques Derrida o Edmond Jabés, Péter Esterházy o Diamela Eltit. Las hay bellas
y suaves, como la de Mary Oliver o Paula Meehan; transparentes y sabias, como
la de Tomas Tranströmer o Wisława Szymborska; metafísicas
como la de Czesław Miłosz…; hay tantas obras como creadores… Parto de lo
que nos une.
11 — ¿Cuál es la fascinación que sentimos ante ciertas obras? ¿Cuáles te
provocan fascinación? ¿Qué obras te la provocaron, y ya no?
SC — Otra
vez vuelvo a la emoción. Pero te agregaría la palabra comunión. Hay creadores
que nos iluminan, nos interpretan, se vuelven esenciales para nosotros: Seamus
Heaney, Margaret Atwood, Jeanette Winterson, un cuadro de Johannes Vermeer, un
film de Aleksandr Sokúrov, una canción. Cuando
una obra me ha fascinado sigue fascinándome, de manera diferente quizá, pero
siempre mantiene su grado de asombro y misterio.
12 — ¿Qué influencias —o “familias de entusiasmos”, como dirían los
poetas Cintio Vitier y Alberto Rodríguez Tosca— literarias, filosóficas,
sociológicas… están presentes en tu poética?
SC — En algún momento me impactó el expresionismo alemán, su halo nocturnal, su espiritualidad. Del imaginismo americano intenté comprender el riguroso cuidado del lenguaje. Algunos poemas míos observan la idea platónica de la reminiscencia. Las religiones, en especial el budismo y el misticismo católico, me acompañan especialmente cada vez que escribo. El paisaje, la naturaleza y lo extranjero influyen profundamente en mi escritura.
13 — ¿En qué estás trabajando ahora
mismo?
SC — Mis pocos y nuevos poemas hablan
de la errancia, la extranjería, de la
impresión que provocan los lugares que uno ama, esa sensación. Me interesa el tema de la
permanencia en una realidad en la cual lo único permanente es lo inestable. Me
interesa el tema del encuentro, esa epifanía. Me interesa preguntarme cuánto
duran los finales felices. En eso trabajo.
14 — ¿A dónde te llevan, te trasladan “algazara”, “bonhomía”, “pronóstico”,
“arrebato”, “truculencia”?...
SC — Qué
palabras… Algazara me lleva a algún pueblito español en día de fiesta. Bonhomía
me lleva a Santa Clara de Asís. Pronóstico
me lleva a mi temor por las tormentas. Arrebato es una palabra
incómoda, que nada ecuánime trae. Truculencia es un vocablo cruel,
cercano a lo perverso de nuestra especie.
15 — ¿Cuál ha sido el enfoque del poeta Hugo Mujica respecto de tu “Partes del mundo”?
SC — “Partes del mundo” es el libro de una encrucijada. Está dedicado a
mi hijo especialmente y a una situación en particular. Intento contar a mi modo
esas zonas del mundo que me sobrecogen. El título es un rapto de un verso de un
poema de Vasko Popa, poeta tremendo y tierno. Hugo Mujica habla del libro y se refiere
a él como a “una indagación de
finitud consciente, valiente. Poemas y no esteticismo: preguntas y atisbos
desde la vida, la sangre, no la tinta, el temblor, no la fijeza”. A lo que agrega: “¿Se acomoda la vida a la vida?...”; es una de las tantas preguntas, de las
tantas aberturas. No, y la poesía es eso: lo que surge desde ese
desacomodamiento, desde lo que la vida tiene de diferencia con ella misma: lo
que busca surgir y lo hace gracias a esa “disonancia”, como la llamaba
Hölderlin. De ahí que la respuesta sea siempre un “confiar y caer, caer y
confiar otra vez…”, la respuesta, la vida o la poesía”. También Niní
Bernardello y el Teuco Castilla escribieron textos que agradezco: Niní relaciona el libro con ciertas secuencias del
atardecer, el Teuco menciona una torre desde la cual alguien mira. Lo
importante para mí es que en el primer poema, “Todo lo perdido reaparece”,
intento sentar una base de esperanza. En el último poema, “Piedra viva”, hay
alguien que, carga un zurrón, camina. La vida es eso, andar con esperanza por
un camino. Creo que al final llegaremos a casa.
16
— ¿Alerce, ciprés de la cordillera, ñandubay, caldén, espinillo o sauce
criollo?...
SC — Prefiero alerce y ciprés, pero todos los árboles son hermosos. Tienen una
sorprendente naturaleza. Los celtas prestaban mucha atención a la esencia de
cada árbol y en
base a ellos organizaban su astrología, los consideraban sagrados. El árbol
tiene esa combinación de tierra y cielo en raíz y ramas, pero fundamentalmente,
como la montaña, tiene la nobleza de lo inalterable. En “Bajo los ríos del cielo” se hallan “Alerzal” e “Isla de los
manzanos”, entre otros poemas que, en general, refieren al paisaje y a la
construcción de una vida. El sonido de los árboles es música, ellos nos ofrecen
su madera, nos dan sombra. Desde muy pequeña siento que los árboles están ahí
dialogando con nosotros. Son un símbolo de compañía y protección.
17 — Afirma una de las narradoras de la novela “La elegancia del erizo” de Muriel Barbery: “…no hay nada más difícil e injusto que la realidad humana: los hombres
viven en un mundo donde lo que tiene poder son las palabras y no los actos,
donde la competencia esencial es el dominio del lenguaje.” ¿Qué te suscita
esta afirmación?
SC — Me
recuerda una frase que me impresionó desde chica, en el principio de la novela “Tiempos difíciles”, de Charles Dickens;
decía algo así: “Lo que quiero son hechos reales…”. A través del lenguaje
podemos comunicarnos; los actos deberían acompañar ese comunicarnos.
18 — ¿Qué sucesos te producen mayor indignación? ¿Cuáles
te despiertan algún grado de violencia? ¿Qué situaciones te hartan
instantáneamente?
SC — Me produce indignación la hipocresía. Me despierta violencia la violencia,
lo desmesurado, lo invasivo. Me hartan ciertas situaciones a las que no
regresaría, en lo posible.
19 — ¿En las constelaciones de qué artistas podrías tener cabida?
Sandra Cornejo selecciona poemas de su autoría para acompañar esta entrevista:
Un abedul
Un
abedul
cuando
llueve,
una arboleda
que aclara
al
arañar la pista
y
desciende el avión en un aeropuerto
donde
las mujeres beben vodka
a las
seis de la mañana hora local
Era
acogedor el frío
aunque
temible
Cantabas
en mi idioma
pero
con otro acento
Afuera
la hilera de abedules
los
aviones solos sobre el cemento mojado
Detrás
de las cabinas
los
soldados
te
miraban cantar
Algunas
veces, por un instante
la
historia debería sentir compasión
y
alertarnos
(de “Sin Suelo”, Ediciones VOX, 2001)
Todo lo que buscabas
Todo lo que buscabas
era una huella en la nieve
no imaginaste que al cruzar la frontera
el percutor gatillaría a tu animal
como a un gato montés
o una liebre
alguien lo había intuido
con una vela encendida
en una habitación cerrada,
al salir
te asombraron esos seres,
no eran tu padre
ni tu madre
ni quien ocupara un lugar
en tu cuerpo
¿Qué querías,
fragor o tersura?
Al puerto de aguas profundas
no irías por las aguas del deshielo
irías al embalse
cuenco turbio, hondo
susurro pidiéndote que caigas
Animal desarmado
buscabas un cuerpo a la intemperie
su huella
en época de caza
martes, 29 de marzo de 2016
Abierta la Inscripción ✴ Curso Narrativa, Realización y Producción Documental en la UBA
para mí
|
|||||||||
|
lunes, 28 de marzo de 2016
FAMILIARES DE VÍCTIMAS (AFAVI) Y ASAMBLEA DE ASAMBLEAS BARRIALES DE INUNDADOS - CONFERENCIA DE PRENSA MIÉRCOLES 30 11HS
A todos los medios de comunicación, asambleas,
vecinos, organizaciones sociales, concejales de la ciudad y a todas aquellas
personas en general que les interese la búsqueda de Verdad y que se realice
Justicia:
Familiares de
víctimas de la inundación y vecinos de asambleas que en conjunto integramos el
colectivo Asamblea de asambleas Barriales de Inundados venimos trabajando en
este camino que nos hemos propuesto desde hace ya casi 3 años en búsqueda de la
Verdad de manera ininterrumpida. Nuestra intención es continuar en el camino
que con responsabilidad y compromiso venimos llevando a cabo en búsqueda de la
verdad ocultada durante todo este tiempo con respecto a lo sucedido aquel
trágico 2 de abril de 2013, sabiendo que fue una tragedia social evitable en la
que perdieron su vida más de 91 vecinos y así lo muestran los datos
entrecruzados con el listado oficial y los suministrados por la actual gestión
municipal.
Sabemos que en la trágica inundación hubo ocultamiento de víctimas fatales y falta de coincidencia en los datos que atañen a un tema de suma sensibilidad y tan doloroso para toda la población.
Creemos y estamos convencidos, por eso venimos trabajando en este sentido, que toda la información tiene que ser de carácter público y que su conocimiento debe llegar a toda la población. Por tal motivo estaremos realizando una conferencia de prensa el día Miércoles 30 de Marzo en el aula 1de la Facultad de Trabajo Social de la UNLP calle 9 esquina 63 a las 11hs para presentar nuestras conclusiones con los datos que hemos podido recabar y que evidencian el ocultamiento desde el Estado a nivel municipal de la gestión anterior y el trabajo inconexo de la justicia, del que todos somos víctimas y que venimos denunciando en cada acción que llevamos a cabo.
Sabemos que en la trágica inundación hubo ocultamiento de víctimas fatales y falta de coincidencia en los datos que atañen a un tema de suma sensibilidad y tan doloroso para toda la población.
Creemos y estamos convencidos, por eso venimos trabajando en este sentido, que toda la información tiene que ser de carácter público y que su conocimiento debe llegar a toda la población. Por tal motivo estaremos realizando una conferencia de prensa el día Miércoles 30 de Marzo en el aula 1de la Facultad de Trabajo Social de la UNLP calle 9 esquina 63 a las 11hs para presentar nuestras conclusiones con los datos que hemos podido recabar y que evidencian el ocultamiento desde el Estado a nivel municipal de la gestión anterior y el trabajo inconexo de la justicia, del que todos somos víctimas y que venimos denunciando en cada acción que llevamos a cabo.
Los esperamos este
miércoles 30 de Marzo en el aula 1 la Facultad de Trabajo Social de la UNLP
calle 9 esquina 63 a las 11hs.
Contactos:
Gabriel Colautti
221 409 7663
Patricia Yamuni 221
594 2365
Paula Pauni 221 531
4855 Taller de Construcción Natural - 9 y 10 de Abril en la Aldea!
Aldea Comunitaria Atrapasueños
Espacio de experiencia y construcción creativa del mundo que queremos
Agenda Cursos y Talleres
Taller de Construcción Natural
Alegria de invitarlos a compartir un fin de semana para celebrar y construir una vez más!
En esta oportunidad iniciaremos juntos la construcción de un Horno de Barro Chileno (o de Tambor), de bajo consumo. Seguiremos construyendo el Trulli con la técnica de Quincha-Revoque Grueso. Hablaremos sobre reconocimiento de tierras, cómo iniciar una construcción, principios básicos para la autoconstrucción y también armaremos Domo Geodésico de frecuencia 2.
La actividad comenzará a la 10 hs del sábado y finalizará a las 18 hs
del domingo, pulsando como siempre la puntualidad. Vivenciaremos de
forma comunitaria el taller, las comidas, la alegría, el fogón (quienes
quieran pueden sumar con el aporte de instrumentos musicales), el
descanso, el hacer, la meditación. Pedimos traer carpa y abrigo de
dormir, también hay un pequeño refugio para quienes no tengan o se les
dificulte dormir en carpa, personas con niñ@s.
La reciprocidad del encuentro es de $ 500 y se incluyen todas las
comidas, que será vegetarianas. Existe la posibilidad de otorgar 5
medias becas para quienes no lleguen con el dinero, como intercambio
pedimos que vengan desde el día jueves a colaborar con la organización
de la actividad. Avisen con anticipación! Es el sentir que pueda
participar todo aquel que le interese y que el dinero no sea un
impedimento.
La Aldea queda en Ministro Rivadavia, se llega fácil desde Constitución
con el colectivo 148 ramal "Cementerio" por el lado de Florencio Varela.
De donde termina el cole estamos a 3 km campo adentro (ver en el blog
el mapa donde dice "contacto"). También se puede llegar en bici hasta la
estación de Florencio Varela y de ahi pedaleando! Otra posibilidad en
bici es venir desde Longchamps, un punto de referencia es la granja
Municipal, de ahi estamos muy cerquita, recomendamos hacerla con el
google map. Va a venir un grupo en bici desde Longchamps, quienes
quieran venir desde alli avisen y los ponemos en contacto.
Por favor confirmar asistencia con anticipación por cuestiones de
organización, los cupos son reducidos. Quienes pueda-quieran enviar el
dinero de la inscripción, puede ser de mano en mano y via
depósito-transferencia bancaria. Comunicarse via facebook a Pablo Arbol,
número fijo 2007-7407 (si le agregas un 11 adelante también recibe
mensajes) y un número de celular 115-038-8043 por consultas puntuales
(enviar mensaje, los llamados a veces no entran).
BienVenid@s!
viernes, 25 de marzo de 2016
AGORA GALLERY Concurso Internacional de las Artes Plásticas de Chelsea, NY
Siendo
una cita ineludible cada año en el barrio de Chelsea (Nueva York), el
Concurso Internacional de las Artes Plásticas de Chelsea patrocinado por
Agora Gallery vuelve a abrir sus puertas para recibir inscrpciones.
Pueden participar, artistas visuales de cualquier parte del mundo en
cualquier etapa de su carrera.
The Chelsea International Fine Art Competition
(Concurso Internacional de las Artes Plásticas de Chelsea) cumple 31
años ofreciendo promoción y visibilidad a jóvenes artistas en el
panorama artístico del conocido barrio neoyorquino. Los jueces del
concurso apadrinado por Agora Gallery, elegirán artistas que trabajen en
pintura, escultura, fotografía, dibujo, técnicas mixtas y grabados.
El
coste de la inscripción es de 45 dólares (40,7€) e incluye la
posibilidad de subir cinco imágenes en JPG para mostrar la obra. Cada
imagen adicional que se adhiera a partir de la sexta, tendrá un cargo
adicional de 5$ (4,5€).
Se otorgará un total de cinco premios valorados en más de 70.000 dólares (63.387€), distribuidos de la siguiente manera:
– Exhibición: serán seleccionados 30 artistas para participar en una exposición colectiva en Agora Gallery.
– Premios en efectivo: 5.000 dólares (4. 530€) para tres artistas seleccionados por el jurado.
– Exposición en Internet: a cinco artistas se les adjudicará la inclusión de 6 imágenes en la galería en línea ARTmine por el periodo de un año.
– Reseña: a tres artistas se les otorgará una página con su reseña en la revista ARTisSpectrum.
– Mención de honor: diez artistas tendrán entrada gratuita para el concurso del próximo año.
Fecha límite: 29 de marzo de 2016
Más información: http://www.agora-gallery.com/ competition
martes, 22 de marzo de 2016
La Chicharra por la Memoria, Verdad y Justicia
Este jueves 24 de marzo, a las 21 aproximadamente, luego de haberse presentado con gran éxitos en los barrios del gran Resistencia en los "Carnavales Barriales y Populares", la murga chaqueño correntina La Chicharra estará presente en el cierre de las actividades por los 40 años de la última dictadura militar, organizado por la Comisión Provincial por la Memoria, con su último espectáculo Crotera, en la plaza 25 de mayo, de Resistencia.
La
Chicharra está formada
por músicos, actores y admiradores del género murga estilo uruguaya de
las
provincias de Chaco y Corrientes. En esta oportunidad y para el cierre
de las actividades por la Memoria, Verdad y Justicia, presentarán su
último espectáculo Crotera,
una historia sencilla y de rasgos alegóricos que gira en torno a un grupo de
personajes de la vida cotidiana. La trama relata las vivencias, los vínculos y
los pensamientos que comparten estos personajes que un día deciden salir de sus
comodidades para mostrarse tal cual son, aceptando la vida de crotera
intelectual, religiosas, económicas. Crotera
será interpretado por un coro de músicos y actores con las caras pintadas y
vestuario llamativo que cantan como un ejército sonoro de bohemios grotescos.
Una vez más la murga, género único y antojadizo, mezcla de narración, humor,
crítica y poética arrabalera, contará
esta historia por medio de una sucesión de canciones con tono reflexivo y
filosófico.
Los
integrantes de La
Chicharra son: Aitana Vallejos Malluguiza, Matías Manuel Parra, Víctor
Vallejos Malluguiza, Tony Romero, Ramiro Urbina, Daniela Szelect, Paola
Sosa, Gerardo Barrientos, Adriana
Cuadrado, Jorge Maurel, Diego Leiva, Víctor Sikora, Silvina Ramírez,
Luca Vallejos, Fabián Bidegorry y Walter Carbonell. Los vestuarios
están a cargo de Daniela Szelect y Víctor Vallejos Malluguiza, el
entrenamiento vocal de Luis Ibarrola, la dirección escénica corresponde a
Gerardo Barrientos y Walter Carbonell, la dirección musical es de Tony
Romero y la producción general es de Murga La Chicharra.
En marzo de 2014, el músico
y director de la murga La Traficante (Formosa), “Beto” Insaurralde, dictó un
taller de murga en Resistencia. A partir de ese taller, y con la alegría a flor
de piel, surgió la idea de convocar artistas locales para armar una murga
estilo uruguaya. Una vez encaminados, ya teníamos integrantes y director
musical, solo nos faltaba un lugar fijo para ensayar y un nombre. Un día,
gracias a la particularidad de una de nuestras cantantes de imitar perfectamente
el canto de la chicharra, hubo un momento de complicidad donde sin mediar más palabras,
dijimos al unísono “La Chicharra”. Así tuvimos nuestro nombre. Causalidades de
la vida, la chicharra refleja lo autóctono de la zona litoraleña, estas cantan
en las temporadas de mayor calor que coinciden con nuestra época de carnaval.
Es ahí cuando las murgas recorren los barrios llevando sus canciones de críticas
sociales, con matices de humor y bufonadas.
La Chicharra realizó su
debut en el primer Festival de Teatro Comunitario de Corrientes, y al poco
tiempo nos presentamos en Resistencia en el marco del festival murguero en la
plaza España, oportunidad en la que compartimos escenario junto a la murga Los
Herederos del mate. En octubre fuimos número de cierre del festival inclusivo Arte Universo en el Complejo Cultural
Guido Miranda. En ese tiempo realizamos también un curso de capacitación con el
reconocido murguero Jesús Fernández y el
director musical de la murga uruguaya Falta y Resto, Leandro Castro Lazaroff.
La Chicharra ya está
volando por el litoral pero hace sus paradas cuando escucha el redoble de un
tambor, flamean los banderines de colores y se encienden las bombitas amarillas
en algún escenario.
lunes, 21 de marzo de 2016
Celebrar el Día Mundial de la Poesía - Mensaje de la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova
Shakespeare, de cuya muerte se cumplen ahora 400 años, escribió en El
sueño de una noche de verano que la imaginación del poeta «va dando
cuerpo a objetos desconocidos, su pluma los convierte en formas y da a
la nada impalpable un nombre y un espacio de existencia».
Al rendir homenaje a aquellas y aquellos para quienes la palabra libre,
fuente de imaginación y de actuación, es el único instrumento, la UNESCO
reconoce el valor de la poesía como símbolo de la creatividad de la
mente humana. Al dar forma y palabras a lo que todavía no tiene ni una
cosa ni la otra (la belleza inexplicable que nos rodea, los enormes
sufrimientos y la miseria del mundo), la poesía contribuye a la
expansión de nuestra humanidad común, y ayuda a hacerla más fuerte, más
solidaria y más consciente de ella misma.
Las voces que transmiten la poesía contribuyen a realzar la diversidad
lingüística y la libertad de expresión. Colaboran en el esfuerzo mundial
en favor de la educación artística y la difusión de la cultura. A
veces, la primera palabra de un poema es suficiente para recuperar la
confianza ante la adversidad y encontrar el camino de la esperanza
frente a la barbarie. En la época de la robotización la inmediatez
extrema, la poesía también abreun espacio de libertad y aventura
inherente a la dignidad humana. Cada cultura tiene su arte poético, ya
sea el arirang coreano, la pirekua mexicana, el hudhud de los Ifugao, el
alardah saudí, el görogly turkmeno o el aitys kirguís, y se sirve de él
para transmitir conocimientos, valores socioculturales y una memoria
colectiva que fortalecen el respeto mutuo, la cohesión social y la
búsqueda de la paz.
En este día quiero rendir homenaje a los profesionales, comediantes,
narradores y desconocidos que están comprometidos con la poesía y a
través de ella, mediante recitales realizados en la sombra y a la luz de
los proyectores, en los jardines y en las calles. Hago un llamamiento a
todos los Estados Miembros para que apoyen este esfuerzo poético que
tiene la capacidad de unirnos, con independencia del origen o las
creencias, a través de lo más profundo que tiene la humanidad.
Irina Bokova
viernes, 18 de marzo de 2016
Las revistas culturales sumaron su repudio al Protocolo antimanifestaciones
|
|||
|
jueves, 17 de marzo de 2016
"En tu nombre. Dolor reciclado", de Cecilia De Vecchi - Historia de nueve madres que perdieron sus hijos en hechos de violencia
Carlo Rovelli (fisico italiano) en Argentina
CARLO ROVELLI EN ARGENTINA INVITADO POR LA UNSAM |
El físico italiano Carlo Rovelli será invitado de la cuarta edición de Narrativas de lo Real, un ciclo de encuentros organizados por el programa Lectura Mundi de la Universidad Nacional de San Martín que propone un diálogo experimental entre la literatura y otros ámbitos de conocimiento. En esta ocasión, el lema será “Tiempo y Ficción. Variaciones desde la física, la cronobiología y la música” y el debate y discusión sobre sus complejas y apasionantes relaciones, tensiones, resonancias e implicancias mutuas serán abordadas por Rovelli junto con Diego Golombek, doctor en biología, Alberto Rojo, músico y científico, y Bruno Arpaia, escritor, periodista y traductor italiano, el 6 de abril a las 18.00 en el Centro de Arte Experimental de la UNSAM (Sánchez de Bustamante 75, CABA). La jornada se iniciará con presentación del libro Siete breves lecciones de física de Rovelli, publicado recientemente en la Argentina, y a continuación se desarrollará la mesa “Tiempo y Ficción. Variaciones desde la física, la cronobiología y la música”, que incluirá las exposiciones “La naturaleza del tiempo”, por Rovelli; “El tiempo del lado de adentro”, por Golombek, y “Tiempo y música”, a cargo de Rojo. La entrada a la actividad, que concluirá con un número musical, será libre y gratuita. Un día antes, el martes 5 de abril a las 18:00, Rovelli será distinguido en el Teatro Tornavía del Campus Miguelete de la Universidad con el título Doctor Honoris Causa de la UNSAM, ocasión en la que brindará la conferencia “Gravedad cuántica: ¿Qué sabemos sobre la naturaleza cuántica del espacio y del tiempo?”. |
Fiestón Litoraleño - Centro Cultural Alternativo - Chaco
¡FIESTÓN CHAMAMECERO!
Además los asistentes podrán disfrutar del renovado Cecual Bar, con nuevos sabores, delicias saludables y la infaltable alegría del brindis. También podrán visitar el renovado salón del Espacio de Diseño, con novedades en arte y diseño con impronta regional.
La noche es una propuesta del proyecto Difusión Masiva del Chamamé, que difunde distintas expresiones litoraleñas y llena los patios con la más pura música de nuestra región y centenares de chamameceros que disfrutan de la música, el baile y el brindis. Cuenta con el apoyo de la Ley de Mecenazgo.
CHAMAMECERO DE LEY
Cecual de fiesta con Gabriel Cocomarola y Quinteto
El Centro Cultural Alternativo (Santa María de Oro 471) del Instituto de Cultura se prepara para la primera fiesta litoraleña del año. El viernes 18 de marzo a las 22:00, Gabriel Cocomarola, referente de la más pura estirpe chamamecera, se presentará junto a Santiago Sheridan en la voz, las guitarras de Facundo y Samuel Rodríguez y Julio Ramírez, acordeón sobresaliente de la escena chaqueña. El destacado trío local que integran el acordeonista Lucas Monzón, Néstor Pelado Ferreyra en la voz y Leo Rodríguez en guitarra y abrirá esta nueva velada de Difusión Masiva del Chamamé. La entrada es libre y gratuita.
Nombres con peso propio en la mística litoraleña, como Gabriel Cocomarola -nieto del mítico Taita del chamamé- y Santiago Sheridan -hijo, del maestro Bocha Sheridan-, los fuelles más destacados de la escena chaqueña, como Julio Ramírez y Lucas Monzón, y un virtuoso seleccionado de artistas harán de los patios cecualeros una fiesta litoraleña en toda su expresión.
Además los asistentes podrán disfrutar del renovado Cecual Bar, con nuevos sabores, delicias saludables y la infaltable alegría del brindis. También podrán visitar el renovado salón del Espacio de Diseño, con novedades en arte y diseño con impronta regional.
La noche es una propuesta del proyecto Difusión Masiva del Chamamé, que difunde distintas expresiones litoraleñas y llena los patios con la más pura música de nuestra región y centenares de chamameceros que disfrutan de la música, el baile y el brindis. Cuenta con el apoyo de la Ley de Mecenazgo.
Gabriel Cocomarola. Joven músico, heredero de un legado musical que tiene nombre y apellido y forma parte de las raíces culturales y chamameceras de Corrientes. Nieto del legendario Tránsito Cocomarola e hijo de don Coquimarola, Gabriel conserva el estilo que impusieron sus mayores pero también se anima a explorar nuevos caminos que revitalizan esta música litoraleña. Es así que Gabriel explora también otros géneros y le imprime a su producción un sello personal propio de su juventud. Gabriel adoptó individualmente la decisión de sumarse a la historia musical de la familia.
lunes, 14 de marzo de 2016
“El Aleph”: la multiplicidad infinita del universo - Fernando Chelle
Enviado por Letralia, Tierra de Letras
Un acercamiento al cuento paradigmático de la literatura borgiana, considerado por diversos críticos literarios como una de las mejores ficciones del siglo XX.
El texto elegido para comentar en este artículo literario pertenece al escritor argentino Jorge Luis Borges (Buenos Aires, Argentina, 24 de agosto de 1899; Ginebra, Suiza, 14 de junio de 1986). Se trata de un cuento titulado “El Aleph”, considerado por cierta parte de la crítica literaria mundial como una de las mejores ficciones del siglo XX. El texto fue publicado por vez primera en la revista Sur en el año 1945 y posteriormente formó parte del libro homónimo que publicó la Editorial Emecé de Buenos Aires en 1949.
Este cuento paradigmático de la literatura borgiana es el que cierra
un libro que contiene diecisiete relatos, donde de alguna manera cada
uno de ellos trata sobre algún conjunto en particular (sobre algún
catálogo), y donde se encuentran los temas más recurrentes del autor
argentino; el tiempo, la muerte, la inmortalidad, la búsqueda del
conocimiento vinculada a la curiosidad, la cábala, los laberintos, las
bibliotecas, la referencia a diferentes obras del canon universal, la
incapacidad del ser humano de enfrentarse a la eternidad, el universo,
la infinitud, los dioses, el azar, entre otros. La obra toma el nombre
del símbolo matemático א (número álef), que señala el tamaño de
conjuntos infinitos y que para las doctrinas místicas de la Cábala
significa la multiplicidad infinita del universo. En esta primera letra
del alfabeto hebreo, los místicos judíos vieron la raíz espiritual de
todas las letras, una letra que las contiene a todas y por ende contiene
todos los elementos del lenguaje humano. Según esta tradición la letra
álef es un símbolo del universo y de la voluntad divina ya que fue la
única letra que los mortales escucharon de la voz de Dios.
Este libro de Borges, donde confluyen lo tradicional y lo metafísico,
está escrito con una prosa, si bien profunda, sobria, fácil de leer,
posee la virtud de abordar temas sumamente complejos en tramas
sencillas, esto lo podemos ver claramente en el cuento elegido para el
artículo, donde si bien se recrea una experiencia trascendental, la
narración es simple, lineal.
El cuento está narrado en primera persona por un narrador protagonista, que curiosamente tiene el mismo apellido que el autor. Esto no es más que un juego que utiliza el escritor de la narración que ayuda a que aparezcan desdibujados los parámetros que separan la realidad de la ficción y que se suma a otros elementos de carácter verosímil que aparecen en el texto y que forman parte de una realidad reconocible.
Esta obra tiene como principal tema la experiencia del enfrentamiento de un individuo, en este caso el narrador protagonista, al infinito, representado en un objeto llamado el Aleph, que no es otra cosa que un punto en el universo (microcosmo) que contiene a su vez todos los puntos del universo (macrocosmo). Borges-autor ha utilizado en este relato de características fantásticas un procedimiento consistente en ubicar un objeto de características simbólicas en un ámbito cotidiano y real como es un sótano en plena ciudad de Buenos Aires. Lo fantástico se caracteriza por incluir lo sobrenatural en lo cotidiano, en el caso de este cuento no solo que se narran acontecimientos completamente realistas sino que estos acontecimientos están anclados en una realidad perfectamente reconocible, verosímil, allí está no solo la ciudad de Buenos Aires, sino también el barrio Constitución, los nombres de autores como Juan Crisóstomo Lafinur y Pedro Enrique Ureña entre otras referencias del mundo real. Esto le permite al autor jugar con una realidad verosímil, ficcionalizarla y luego adentrarse en otra dimensión fantástica que es donde se encuentra el Aleph.
A la hora de describir la multiplicidad de las cosas del universo que refleja el Aleph el narrador se enfrenta a la imposibilidad de hacerlo de forma completa mediante un instrumento tan limitado como el lenguaje humano y por esa razón es que acude a enumeraciones caóticas, que de alguna manera lo acercan a una sucesión interminable. Pero si bien este es el tema central del relato hay otros dos que también forman parte del eje narrativo del cuento, ellos son: la relación de amor frustrado entre Borges-protagonista y la desaparecida Beatriz Viterbo y por otro lado la relación de carácter personal y literario que mantiene Borges-protagonista con el primo de Beatriz, Carlos Argentino Daneri.
El relato se podría dividir en tres momentos: en primer lugar, los hechos que suceden en la vida del protagonista antes de la contemplación del Aleph, luego la contemplación propiamente dicha y por último las reflexiones que despierta en el personaje la contemplación del maravilloso objeto.
Luego de dos breves citas, una tomada de Shakespeare y otra del Leviathan, comienza el relato haciendo referencia a la muerte de Beatriz Viterbo, amiga del narrador protagonista. En la primera parte del relato, que se corresponde con los hechos que le suceden a Borges-protagonista antes de la contemplación del Aleph, el personaje nos cuenta cómo se fue haciendo un visitante frecuente de la casa de su difunta amiga, lugar donde se encuentra con el padre de Beatriz y fundamentalmente con su primo, Carlos Argentino Daneri, autor de un poema titulado “La tierra” con el que intenta mostrar toda la redondez del planeta. El personaje Borges mantiene extensas charlas con Daneri, que le sirven al Borges-autor para dar sus puntos de vista sobre diferentes conceptos referentes al mundo literario. Satíricamente el autor ha creado un personaje como Daneri que es quien personifica dentro de la narración la imagen de un seudopoeta, consagrado por premios nacionales, es indudable la crítica implícita que se hace a la mala literatura por parte de Borges ya que las estrofas transcritas del primo de Beatriz, y que éste considera valiosas, no son más que torpes versificaciones extravagantes. En una ocasión, Daneri llama por teléfono a Borges para invitarlo a tomar la leche en el bar de Zunino y de Zungri, los propietarios de la casa de la calle Garay donde tradicionalmente había vivido. Allí le lee algunas estrofas del poema y Borges teme que Daneri termine pidiendo que le prologue el libro, cosa que no sucede ya que el pedido que le hace apunta a que Borges funcione como un intermediario con el escritor Álvaro Melián Lafinur, para que este último prologue la obra. En una primera instancia Borges acepta cumplir la función de intermediario y hablar con Lafinur, pero una vez que se despide de Carlos Argentino Daneri, lo piensa mejor y decide no hacerlo y hacerse responsable de su decisión. Meses después Borges recibe otro llamado de un desesperado Daneri quien le cuenta que Zunino y Zungri planeaban derrumbar la casa de la calle Garay, lugar donde, le cuenta a modo de confesión, hay en el sótano un Aleph, un espacio donde se confunden todos los espacios del orbe, el cual había descubierto desde niño y ahora le era necesario para culminar una novela que estaba escribiendo. Ante estas palabras, Borges se sintió tentado de ir inmediatamente a conocer el maravilloso objeto. Una vez en la casa, Daneri ofrece a Borges una copa de coñac, lo invita a bajar al sótano y le indica la posición que debe adoptar para poder contemplar el Aleph. Por un momento Borges sospecha que Daneri lo quiere matar y que su curiosidad lo había hecho caer en la trampa, pero nada de eso sucedió sino que al cabo de seguir los pasos que Daneri le había indicado para poder ver el objeto finalmente pudo contemplar el universo en un punto preciso. Así es que el maravillado protagonista ve una esfera cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna, un objeto donde se refleja el Todo, sin límite de espacio y donde el tiempo son todos los tiempos fusionados en una realidad simultánea, ve diversos sitios de diferentes lugares, ve el pasado, el presente y el futuro y accede en ese momento a los más recónditos secretos que guarda el universo. La fantástica contemplación, hace sentir al protagonista infinita veneración e infinita lástima y sólo atina a decirle a Daneri, quien busca la complicidad de su invitado, “Formidable. Sí, formidable”. Borges elige no hablar con su anfitrión de la magnífica visión y lo termina instando a que finalmente aproveche la demolición de la casa para alejarse definitivamente del Aleph. Nunca sabemos si son coincidentes las visiones que tienen ambos personajes acerca del Aleph, Borges opta por no contestar la pregunta que le hace Daneri: “¿Lo viste todo bien, en colores?”.
El cuento finaliza con una posdata donde el protagonista informa que la casa fue finalmente demolida en 1943 y por ende el Aleph fue destruido. También hace referencia a la suerte que corrió Daneri como escritor y a dos circunstancias sobre la naturaleza del Aleph, una sobre su origen y otra sobre su posible falsedad; estas reflexiones están basadas en citas de algunos textos de autores clásicos y de otros contemporáneos. A las distintas hipótesis sobre lo sucedido con el objeto, el protagonista suma la posibilidad de que lo haya visto pero lo haya olvidado.
Es innegable el paralelismo que se podría establecer en este relato con algunos pasajes de obras como La Divina Comedia, de Dante Alighieri, donde Beatriz Viterbo sería comparable a Beatriz Portinari, porque es gracias a ella que Borges al igual que Dante puede llegar a la divinidad, en este caso representada en el Aleph. Algo similar sucedería con La República, de Platón, donde se podría comparar el descenso al sótano con el mito de la caverna, donde los personajes están inmóviles y ven imágenes que vienen a sustituir la realidad, pero tanto estos paralelismos como las numerosas posibles interpretaciones que podemos hacer del cuento desde distintos puntos de vista que irían desde lo literario, pasando por lo filosófico y lo teológico, serían parte de un estudio que excede a este artículo que ha intentado ser simplemente un acercamiento a un texto imprescindible en la literatura del pasado siglo
Un acercamiento al cuento paradigmático de la literatura borgiana, considerado por diversos críticos literarios como una de las mejores ficciones del siglo XX.
El texto elegido para comentar en este artículo literario pertenece al escritor argentino Jorge Luis Borges (Buenos Aires, Argentina, 24 de agosto de 1899; Ginebra, Suiza, 14 de junio de 1986). Se trata de un cuento titulado “El Aleph”, considerado por cierta parte de la crítica literaria mundial como una de las mejores ficciones del siglo XX. El texto fue publicado por vez primera en la revista Sur en el año 1945 y posteriormente formó parte del libro homónimo que publicó la Editorial Emecé de Buenos Aires en 1949.
A la hora de describir la multiplicidad de las cosas del universo que refleja el Aleph el narrador se enfrenta a la imposibilidad de hacerlo de forma completa mediante un instrumento tan limitado como el lenguaje humano.
El cuento está narrado en primera persona por un narrador protagonista, que curiosamente tiene el mismo apellido que el autor. Esto no es más que un juego que utiliza el escritor de la narración que ayuda a que aparezcan desdibujados los parámetros que separan la realidad de la ficción y que se suma a otros elementos de carácter verosímil que aparecen en el texto y que forman parte de una realidad reconocible.
Esta obra tiene como principal tema la experiencia del enfrentamiento de un individuo, en este caso el narrador protagonista, al infinito, representado en un objeto llamado el Aleph, que no es otra cosa que un punto en el universo (microcosmo) que contiene a su vez todos los puntos del universo (macrocosmo). Borges-autor ha utilizado en este relato de características fantásticas un procedimiento consistente en ubicar un objeto de características simbólicas en un ámbito cotidiano y real como es un sótano en plena ciudad de Buenos Aires. Lo fantástico se caracteriza por incluir lo sobrenatural en lo cotidiano, en el caso de este cuento no solo que se narran acontecimientos completamente realistas sino que estos acontecimientos están anclados en una realidad perfectamente reconocible, verosímil, allí está no solo la ciudad de Buenos Aires, sino también el barrio Constitución, los nombres de autores como Juan Crisóstomo Lafinur y Pedro Enrique Ureña entre otras referencias del mundo real. Esto le permite al autor jugar con una realidad verosímil, ficcionalizarla y luego adentrarse en otra dimensión fantástica que es donde se encuentra el Aleph.
A la hora de describir la multiplicidad de las cosas del universo que refleja el Aleph el narrador se enfrenta a la imposibilidad de hacerlo de forma completa mediante un instrumento tan limitado como el lenguaje humano y por esa razón es que acude a enumeraciones caóticas, que de alguna manera lo acercan a una sucesión interminable. Pero si bien este es el tema central del relato hay otros dos que también forman parte del eje narrativo del cuento, ellos son: la relación de amor frustrado entre Borges-protagonista y la desaparecida Beatriz Viterbo y por otro lado la relación de carácter personal y literario que mantiene Borges-protagonista con el primo de Beatriz, Carlos Argentino Daneri.
El relato se podría dividir en tres momentos: en primer lugar, los hechos que suceden en la vida del protagonista antes de la contemplación del Aleph, luego la contemplación propiamente dicha y por último las reflexiones que despierta en el personaje la contemplación del maravilloso objeto.
Luego de dos breves citas, una tomada de Shakespeare y otra del Leviathan, comienza el relato haciendo referencia a la muerte de Beatriz Viterbo, amiga del narrador protagonista. En la primera parte del relato, que se corresponde con los hechos que le suceden a Borges-protagonista antes de la contemplación del Aleph, el personaje nos cuenta cómo se fue haciendo un visitante frecuente de la casa de su difunta amiga, lugar donde se encuentra con el padre de Beatriz y fundamentalmente con su primo, Carlos Argentino Daneri, autor de un poema titulado “La tierra” con el que intenta mostrar toda la redondez del planeta. El personaje Borges mantiene extensas charlas con Daneri, que le sirven al Borges-autor para dar sus puntos de vista sobre diferentes conceptos referentes al mundo literario. Satíricamente el autor ha creado un personaje como Daneri que es quien personifica dentro de la narración la imagen de un seudopoeta, consagrado por premios nacionales, es indudable la crítica implícita que se hace a la mala literatura por parte de Borges ya que las estrofas transcritas del primo de Beatriz, y que éste considera valiosas, no son más que torpes versificaciones extravagantes. En una ocasión, Daneri llama por teléfono a Borges para invitarlo a tomar la leche en el bar de Zunino y de Zungri, los propietarios de la casa de la calle Garay donde tradicionalmente había vivido. Allí le lee algunas estrofas del poema y Borges teme que Daneri termine pidiendo que le prologue el libro, cosa que no sucede ya que el pedido que le hace apunta a que Borges funcione como un intermediario con el escritor Álvaro Melián Lafinur, para que este último prologue la obra. En una primera instancia Borges acepta cumplir la función de intermediario y hablar con Lafinur, pero una vez que se despide de Carlos Argentino Daneri, lo piensa mejor y decide no hacerlo y hacerse responsable de su decisión. Meses después Borges recibe otro llamado de un desesperado Daneri quien le cuenta que Zunino y Zungri planeaban derrumbar la casa de la calle Garay, lugar donde, le cuenta a modo de confesión, hay en el sótano un Aleph, un espacio donde se confunden todos los espacios del orbe, el cual había descubierto desde niño y ahora le era necesario para culminar una novela que estaba escribiendo. Ante estas palabras, Borges se sintió tentado de ir inmediatamente a conocer el maravilloso objeto. Una vez en la casa, Daneri ofrece a Borges una copa de coñac, lo invita a bajar al sótano y le indica la posición que debe adoptar para poder contemplar el Aleph. Por un momento Borges sospecha que Daneri lo quiere matar y que su curiosidad lo había hecho caer en la trampa, pero nada de eso sucedió sino que al cabo de seguir los pasos que Daneri le había indicado para poder ver el objeto finalmente pudo contemplar el universo en un punto preciso. Así es que el maravillado protagonista ve una esfera cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna, un objeto donde se refleja el Todo, sin límite de espacio y donde el tiempo son todos los tiempos fusionados en una realidad simultánea, ve diversos sitios de diferentes lugares, ve el pasado, el presente y el futuro y accede en ese momento a los más recónditos secretos que guarda el universo. La fantástica contemplación, hace sentir al protagonista infinita veneración e infinita lástima y sólo atina a decirle a Daneri, quien busca la complicidad de su invitado, “Formidable. Sí, formidable”. Borges elige no hablar con su anfitrión de la magnífica visión y lo termina instando a que finalmente aproveche la demolición de la casa para alejarse definitivamente del Aleph. Nunca sabemos si son coincidentes las visiones que tienen ambos personajes acerca del Aleph, Borges opta por no contestar la pregunta que le hace Daneri: “¿Lo viste todo bien, en colores?”.
El cuento finaliza con una posdata donde el protagonista informa que la casa fue finalmente demolida en 1943 y por ende el Aleph fue destruido. También hace referencia a la suerte que corrió Daneri como escritor y a dos circunstancias sobre la naturaleza del Aleph, una sobre su origen y otra sobre su posible falsedad; estas reflexiones están basadas en citas de algunos textos de autores clásicos y de otros contemporáneos. A las distintas hipótesis sobre lo sucedido con el objeto, el protagonista suma la posibilidad de que lo haya visto pero lo haya olvidado.
Es innegable el paralelismo que se podría establecer en este relato con algunos pasajes de obras como La Divina Comedia, de Dante Alighieri, donde Beatriz Viterbo sería comparable a Beatriz Portinari, porque es gracias a ella que Borges al igual que Dante puede llegar a la divinidad, en este caso representada en el Aleph. Algo similar sucedería con La República, de Platón, donde se podría comparar el descenso al sótano con el mito de la caverna, donde los personajes están inmóviles y ven imágenes que vienen a sustituir la realidad, pero tanto estos paralelismos como las numerosas posibles interpretaciones que podemos hacer del cuento desde distintos puntos de vista que irían desde lo literario, pasando por lo filosófico y lo teológico, serían parte de un estudio que excede a este artículo que ha intentado ser simplemente un acercamiento a un texto imprescindible en la literatura del pasado siglo
martes, 8 de marzo de 2016
Anahí Lazzaroni: sus respuestas y poemas Entrevista realizada por Rolando Revagliatti
(Continuación del artículo publicado el día 3 de marzo ppdo.)
10 — Una antología hay, sólo editada en soporte electrónico, “Máquina sur- Poesía actual de la Patagonia”, con selección y prólogo de la poeta Luciana A. Mellado, en la que has sido incluida con treinta autores más. ¿Cuál es tu propia visión de la “poesía patagónica”? ¿Qué la distingue?
Anahí Lazzaroni selecciona poemas de su autoría para acompañar esta entrevista:
Leyendo diarios
10 — Una antología hay, sólo editada en soporte electrónico, “Máquina sur- Poesía actual de la Patagonia”, con selección y prólogo de la poeta Luciana A. Mellado, en la que has sido incluida con treinta autores más. ¿Cuál es tu propia visión de la “poesía patagónica”? ¿Qué la distingue?
AL — Cuando comencé a leer poesía patagónica me sorprendió la similitud con la
mía. Descubrí que no había inventado la pólvora. La falta de barroquismo,
cierta transparencia, la conexión con el paisaje y la naturaleza.
11 — Es a la novelista que no fue a
quien le pregunto: ¿cuáles serían las dos o tres novelas que más has leído o
recordás? ¿Procuraste escribir cuentos? En narrativa breve, ¿a quiénes
destacarías?
AL — ¿Tres novelas que me hayan impactado?: “Doktor
Faustus” de Thomas Mann, “La luz
argentina” de César Aira (la leí como seis o siete veces y no sé decir qué
es lo que me deslumbra, por qué me atrae tanto), "El barón rampante" de Italo Calvino.
Intenté escribir cuentos pero no
sirvo, soy un desastre.
Además de Jorge Luis Borges, destaco
a Rodolfo Fogwill, y dos argentinas actuales: Samanta Schweblin y Selva Almada.
12 — Burucúa, confesaste, te
sorprendió. ¿Qué dirías que te sorprendió del ensayo de María Emilia Graf sobre
tu poética?
AL — Es muy raro leer un estudio sobre tu
propia poesía, escrito además por una persona que no conocés. No sé si se puede
manejar la imparcialidad. Hubo puntos en los que no pude reconocer mi trabajo,
y en otros sí. Todavía me llama la atención que hayan elegido mi obra para
realizar una tesis de licenciatura.
13 — ¿Caravaggio (1571-1610),
Raquel Forner (1902-1988), Rembrandt (1606-1669), Francisco de Goya
(1746-1828), Leonora Carrington (1917-2011) o Pierre-Auguste Renoir
(1841-1919)?
AL — Ninguno de ellos.
Giorgio de Chirico (1888-1978), Remedios Varo (1908- 1963), El Greco (1541-1614),
René Magritte (1898-1967) y el argentino Antonio Seguí (1934).
14 — ¿Qué hace el Arte por nosotros?
AL — Depende: para nosotros los artistas y para
quienes tienen una sensibilidad adecuada para sentirlo y comprenderlo, significa
mucho. Para quienes les falta esa posibilidad, el arte no les sirve para nada.
En cambio, a tantos nos salva de la desesperación la mayor parte de los días.
15 — “No hay otra expresión
crítica relevante a una película que decir ‘Me gusta’ o ‘No me gusta’. El resto
es literatura. Toda crítica no es más que literatura: mala, buena o regular.”
Así se expresa Guillermo Cabrera Infante en su “Prólogo: La sonrisa de un
crítico”, introducción al volumen “El
cine estilográfico” de Vicente Molina Foix (Anagrama, España, 1993), quien
en sus propias líneas iniciales manifiesta: “La
crítica cinematográfica fue mi primer amor literario.” ¿A dónde te llevan
estas afirmaciones?
AL — En nuestro país casi no existe la crítica
literaria seria, por lo menos en suplementos culturales y revistas, sean en
papel o electrónicas. Por lo general reina el amiguismo, las críticas pagas o
son sólo reseñas.
16
— ¿Con qué
escritores/as (de cualquier época) te gustaría trabarte en una interesantísima
discusión? ¿Sobre qué temas?...
AL — Detesto cada vez más las discusiones; nadie convence a nadie, las
cosas funcionarían mejor si supiéramos respetar al otro. Desde sus ideas a su
forma de ser. Tampoco (me parece) existen en la literatura temas de vida o
muerte. ¿Serán necesarias las conversaciones acaloradas por hache o por be? Me
complace hablar con los escritores que valoro, soy de escuchar y disfruto del
encuentro. Como resido tan lejos de Buenos Aires puedo darme el lujo de tener
amigos en todas las capillas literarias sin pertenecer a ninguna.
Regresando a lo más específico de tu
pregunta, me hubiera encantado charlar con el poeta entrerriano Alfredo Veiravé
[1928-1991]: tuvimos contacto epistolar durante varios años, no alcancé a
conocerlo personalmente.
17 — ¿Qué transformación
creés que ha tenido tu escritura desde “Dibujos”
hasta el presente?
AL — Se fue estilizando, puliendo, espero haber
logrado haikus aceptables. Lo destaco porque en “Dibujos” incluí poemas muy breves, ya iba acercándome a esas
estructuras.
18 — ¿Qué condiciones
advertís en aquellos que más admirás?
AL — Pasión casi enfermiza por las humanidades y/o el arte en general, el
estudio, el conocimiento, don de gentes y un sentido del humor
arrollador. Tengo la suerte de ser amiga de gente que admiro y la risa,
por suerte, suele acompañarnos.
19 — ¿Qué literatura te
interesa porque te incomoda o desubica?
AL — Ninguna en especial. Aunque puedo decirte
que sí me desubican los "Diarios"
de Franz Kafka; su neurosis obsesiva me incomoda mucho.
20 — ¿Qué opinión te
merecen las ediciones digitales? ¿Alguno de tus poemarios es hallable en la Red
en soporte-e?
AL — Sigo prefiriendo las ediciones tradicionales, el contacto con el papel, la
independencia de no tener que cargar la batería. Aunque cada tanto leo libros
en ese formato y los e-readers me parecen ideales para
viajar con el equipaje liviano. En cuanto a mis libros, habría que buscar con
paciencia: cuando subieron uno o dos no lo hicieron en un verdadero soporte
electrónico.
21 — ¿La insensibilidad ante el horror es una forma de ignorancia?
AL — No sé, en una de
esas es una patología: los psicópatas son insensibles; puede influir la falta
de educación, o la costumbre, que hace el efecto de anestesia. Yo no
generalizaría.
22 — Dos textos de “El poema se va
sin saludarnos” llevan por título “Ushuaia” (IV y V); en “Bonus track” uno es “En el fin del
mundo”; en “A la luz del desierto”,
en la primera sección, “La ciudad”, damos con “Noticias de la ciudad” (uno y dos) y con “Anotaciones sobre la
ciudad” (uno y dos). “En”, “de” y “sobre”: ¿qué es posible que les trasmitas, por ejemplo a nuestros
lejanísimos lectores en “el principio del mundo”, respecto de cómo ha ido
transformándose “Ushuaia” en las últimas cinco décadas.
AL — Pasó de ser un pueblo de alrededor de cinco mil habitantes a una ciudad de setenta
mil. Es lo que los antropólogos llaman una sociedad pionera donde pareciera que
siempre todo está por realizarse. Además es una población de tránsito:
mucha gente se radica durante un lapso y luego se va. Y esa modalidad produce
desarraigo. Una vaga idea de la ciudad y sus sombras la expresé en mi último
poemario: de allí transcribo “Graffiti”: “Alguien
debería dibujar de un modo impecable / el mapa de una ciudad loca / a la que
abofetea el viento. // Bordeada por un mar gris y murallas de piedra / con
gentes de poco hablar / navegando sus propios océanos. // Nombro una ciudad que
no está muerta ni viva.”
Anahí Lazzaroni selecciona poemas de su autoría para acompañar esta entrevista:
Leyendo diarios
Un cocodrilo del siglo diecinueve
bosteza.
¿El río?
Cualquier río fangoso
de África lejana.
Animal de sanas y sabias costumbres
si vinieras
y devoraras este caos perfecto
no harías otra cosa
que embellecer
el mundo
(de “Bonus Track”)
(de
“Bonus Track”)
(de “Bonus Track”)
(de
“Bonus Track”)
(Primavera de 1999, de “A la luz del desierto”)
(de “A la luz del desierto”)
Entrevista realizada a través del correo
electrónico: ciudades de Ushuaia y Buenos Aires, distantes entre sí unos 3.000
kilómetros, Anahí Lazzaroni y Rolando Revagliatti, febrero 2016.
(de “Bonus Track”)
Anahí Lazzaroni: sus respuestas y poemas
Anahí Lazzaroni: sus respuestas y poemas
Entrevista realizada por Rolando
Revagliatti
Anahí Lazzaroni nació el 30 de agosto de
1957 en la La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, la Argentina, y
reside desde el 24 de diciembre de 1966 en Ushuaia, capital de la provincia de
Tierra del Fuego. Fundó y co-dirigió la Revista “Aldea”. Poemas suyos han sido
traducidos al francés, italiano, inglés, coreano, portugués y catalán. Ha
colaborado en numerosas publicaciones periódicas nacionales y extranjeras en
soporte papel y también electrónico. Fue incluida, por ejemplo, en los
volúmenes “Antología del empedrado” (Libros
del Empedrado, 1996), “Poesía argentina
año 2000” (Tomo 1, selección y prólogo de Marcela Croce, Instituto de
Literatura Argentina “Ricardo Rojas”, Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad de Buenos Aires, 1999), “Cantando
en la casa del viento – Poetas de Tierra del Fuego” (selección y prólogo de
Niní Bernardello, EDUPA Editorial Universitaria de la Patagonia San Juan Bosco,
2010), “Antología federal de poesía –
Región Patagonia” (Editorial Consejo Federal de Inversiones, 2015), “La frontera móvil” (Antología de poesía
contemporánea de la Patagonia Argentina, selección y prólogo de Concha García y
epílogo de Luciana Mellado, Ediciones Carena, Madrid, España, 2015). Publicó
los poemarios “Dibujos” (1988), “El poema se va sin saludarnos” (1994,
en el volumen se incluye “Dibujos”), “Bonus track” (1999), “A la luz del desierto” (2004, en el
volumen se incluye “Acechar el haiku”,
poemario inédito hasta entonces), “El
viento sopla” (2011). Se ha publicado en 2014, a través de la Editorial
Académica Española, Madrid, España, el libro “Poesía de la Patagonia fueguina – Una aproximación a la obra de Anahí
Lazzaroni” de María Emilia Graf.
1 — A tus nueve años comenzaste a residir
en la segunda ciudad más austral del mundo. ¿Cómo fue allí tu adaptación al
colegio primario, a las bajas temperaturas, al viento, al maravilloso paisaje
durante la presidencia de facto de
Juan Carlos Onganía? ¿Y cómo fue tu adolescencia, tu colegio secundario ya
concluyéndolo durante la constitucional presidencia de María Estela Martínez de
Perón?
AL — Mi
madre, que era maestra y mi padre, que era abogado, atraídos por el modo de
vida de ciudad chica, casi pueblo, decidieron que nos radicáramos aquí. Me
acostumbré rápido aunque extrañaba tremendamente no poder ver televisión: era
una verdadera teleadicta. Llegamos a fines de diciembre y recién en la
primavera comenzó a transmitir el primer canal de televisión:
recuerdo esos meses "oscuros". Completé lo que me restaba de la
primaria en el Colegio “Don Bosco”, de los salesianos: el director y el
profesor de religión, más algún otro que circulaba por ahí eran sacerdotes; al
frente de los grados se desempeñaban maestras laicas. Era una institución muy
exigente en la conducta y en el estudio. Como yo padecía de una timidez
galopante no me resultaba difícil lidiar con el buen comportamiento, tampoco
con la aplicación. Los
primeros inviernos fueron mi regocijo: contraje gripes que me permitieron
olvidarme del colegio durante unos quince días por ciclo escolar. Los
fines de semana circulaba en trineo por las calles del barrio. Igual, más allá
de todo esto, yo era solitaria. La vida, a causa de mi acondroplasia, el tipo
más común de enanismo, se me hacía ardua; no eran épocas de psicólogos ni de
psicoanálisis, por lo menos para la gente de clase media de provincias.
En cambio fui feliz en mi adolescencia.
Cursé el secundario en el Colegio Nacional y Polivalente “José Martí”. Fue a
mediados de los ‘70, en una fiesta en Buenos Aires, cuando le comenté a un cineasta
cubano sobre el nombre de ese establecimiento al que había asistido y casi me
abraza de la emoción. Si
el “Don Bosco” era duro, el “José Martí” simbolizaba la libertad. Estudiaba lo
mínimo para no llevarme materias, lo único que me interesaba era leer, escuchar
música y salir con mis amigos como cualquier adolescente.
Sabía, sí, en mi niñez, que Onganía no
había sido elegido por el pueblo, que era de temer, y que en la revista
"Tía Vicenta" el humorista Landrú lo apodaba la Morsa. De
la presidencia y derrocamiento de María Estela de Perón no sé... Cada tanto,
leía libros como "El 45: crónica de un año decisivo” de Félix Luna
o "La saga de los Anchorena" de Juan José Sebreli. Pero carecía de una
cabal conciencia de la transcendencia histórica de todo aquello.
2 — A tus diecinueve años concurriste
al Curso Intensivo de Poesía Argentina Contemporánea dictado en Ushuaia por la
también platense y reconocida escritora Ana Emilia Lahitte (1921-2013).
AL — Sí,
me fue muy útil: gracias a Ana Emilia se argentinizaron mis lecturas. Accedí a autores
que sin ese curso hubiera demorado en descubrir. El enorme
deslumbramiento
fue con Alejandra Pizarnik. En el verano de 1977, trasladada por un ómnibus que
iba de Buenos Aires a la ciudad de Rosario, la leí por primera vez: tenía
conmigo su sexto poemario: "Extracción de la piedra de locura".
Acá no había librerías, vendían algunos libros en una casa de importación y
también estaba la Biblioteca, que poseía sólo unos diez mil títulos. Cuando
viajaban amigos o familiares a ciudades más pobladas, yo aprovechaba para que
me proveyeran de parte de lo que iba necesitando. Ana Emilia tenía mucho carácter,
me atemorizaba un poco. Imaginate, yo recién comenzaba a escribir más o menos
en serio y ella era la desmesura en persona, altiva y algo teatral. Fue mas
tarde que reconocí su generosidad con los poetas en ciernes.
3
— ¿Y de esa sostenida sensación de libertad, de liberalización, de fluidez
social obtenida durante tu secundario, ya egresada, Anahí, ya recorriendo tu
década de veinteañera, cómo prosiguió tu propensión a ensimismarte, a
recluirte? ¿Cómo fuiste elaborando, asumiendo, resolviendo las limitaciones que
te imponía la acondroplasia en las siguientes etapas de tu vida?
AL — Ahí se vino la noche: todos mis amigos del colegio viajaron a estudiar a
Buenos Aires, aquí no había Universidad, terciarios ni nada donde se pudiera
continuar los estudios. Regresaban para las vacaciones, y sólo algunos.
Quería escribir, sabía que para ello
debía prepararme, y me dediqué a leer y leer durante muchas horas por día. Para
mí eran más reales los personajes de las novelas rusas (León Tolstoi, Fiódor Dostoievski,
Nikolái Gógol, Máximo Gorki) que los habitantes de la ciudad. Fue una década de
intensa soledad y muy poca comunicación. Publiqué mi primer libro, "Viernes de acrílico", en
julio de 1977, un mes antes de cumplir veinte años. El ensimismamiento me duró
hasta los treinta; de ahí en más me convertí en una persona más sociable y mi
enanismo dejó de ser una carga tan pesada.
4
— “Aldea” incluía poca literatura: así y todo, ¿a qué autores divulgaron? ¿Con
quién compartías la dirección y cuál ha sido el perfil de la revista?
AL — Publicamos cuarenta y nueve números entre 1986 y 1994. Obtuvo
en 1989 el Premio “Santa Clara de Asís”. Informábamos sobre temas vinculados a
Tierra del Fuego: historia, antropología, arquitectura, etc. La dirigí junto
con mi hermana, Alicia Lazzaroni: la idea del proyecto era de ella, yo acompañaba.
Dolores Etchecopar es una de las poetas argentinas que difundimos; literatura
de afuera, poco y nada. Otros colaboradores han sido el sociólogo José Luis de
Ímaz (1928-2008), Enrique S. Inda, Jorge García Basalo, Ernesto Piana, la
novelista Diana Alonso, el antropólogo Guillermo Magrassi...
5 — ¿Qué revistas literarias y culturales
(en soporte papel) has ido valorando? ¿Qué medios electrónicos visitás con
alguna continuidad?
AL — Más que revistas valoraba los
suplementos culturales de los diarios porque con ellos me formé. Leía casi
todos: el de “La Nación”; el de “Clarín”, que se llamaba “Cultura y Nación” y
era muy superior al que apareciera después, la revista “Ñ”; el de “Página 12”.
Hasta alcancé a leer algunos números del famosísimo suplemento del diario “La
Opinión”. Me complacía adentrarme en las revistas “Babel” y “Diario de Poesía”,
así como en la española “Quimera”. En cuanto a lo electrónico circulo a la
deriva: si advierto algo que subieron a Facebook y me atrae, cliqueo en el
enlace; o cuando busco un autor o tema en Google y me lleva a una nota que
aparece en alguna plataforma. Al blog que acudo con frecuencia es al del
escritor peruano Iván Thays: http://ivanthays.com. pe/.
6 — Prácticamente has ido desligando
de tu bibliografía tus dos primeros poemarios, “Viernes de acrílico” (1977) y “Liberen
a la libélula” (1980), así como un volumen en prosa titulado “En esta ciudad se escribirá una novela”
(1989). Hasta donde sabemos por declaraciones, a éste último lo considerás un
texto experimental y que “parece escrito
por una verdadera demente”. ¿Qué te habías propuesto?
AL — Ese texto lo escribí a los veintiocho
años pero parecía escrito por alguien de dieciocho. Intentaba consolidar una
parodia de la cotidianeidad de la ciudad. Impaciente, carecí de serenidad y
afán de pulir y pulir en procura de obtener algo coherente.
7 — Ha sido Octavio Paz quien te
deslumbró a través de un ensayo sobre poesía japonesa. ¿Qué autores considerás
insoslayables en la concepción de los haikus? ¿De qué modo —si explicarse
pudiera— los “acechás”?
AL — De
los japoneses, el que prefiero es Masaoka Shiki (1867-1902): lo renovó, y es
considerado también un gran maestro, a la par de Matsuo Basho, el más
importante; además, Yosa Buson (1716-1784) y Kobayashi Issa (1763-1827); de
los argentinos, Jorge Luis Borges.
Ahora reemplazaría la palabra acechar por esperar, y una forma de "esperarlos" es leer "El
haiku japonés", del español Fernando Rodríguez Izquierdo. Un ensayo
fundamental si quiere uno imbuirse de ese tipo de poesía.
8 — Destaco una observación sobre tu
poética formulada por el ensayista José Emilio Burucúa: “…sus alusiones, sus citas enmascaradas que abarcan desde Arquíloco
hasta Alejandra Pizarnik”.
AL — ¿Qué
podría decirte? Me apasiona leer y, como a cualquier persona que lee mucho, al
escribir le aparecen las influencias. Igual para mí, al principio, la mención de
Arquíloco me sorprendió mucho.
9 — Uno de los textos de “El
poema se va sin saludarnos”, cuyo título es “Diciembre 1990”, lo dedicaste
al poeta riojano Francisco Squeo Acuña (1938-2005). ¿Lo has conocido
personalmente?
AL — Sí,
en Ushuaia. Francisco tenía familiares aquí. Vino a visitarlos y se contactó
con la poeta ushuaiense Laura Vera, quien me lo presentó una noche de
verano en un bar. Durante un mes compartí con él, su mujer y otros poetas
locales, numerosas comidas y reuniones. Después lo visité en su casa del
barrio de San Telmo, en Buenos Aires. Me llamaba la atención que, no obstante su amplia cultura y haber
vivido muy intensamente, fingía no leer. Doy fe de que tenía una buena
biblioteca en la que se advertía el trajín que se le había dado a los libros.
Por su intermedio conocí a su amigo y
vecino, Juan Carlos Martini Real [1940-1996], autor de “Macoco”
(Ediciones Corregidor, 1977), una de las tantas novelas que prohibió la
dictadura.
10
— Una antología hay, sólo editada en soporte electrónico, “Máquina sur-
Poesía actual de la Patagonia”, con selección y prólogo de la poeta Luciana
A. Mellado, en la que has sido incluida con treinta autores más. ¿Cuál es tu
propia visión de la “poesía patagónica”? ¿Qué la distingue?
AL — Cuando comencé a leer poesía patagónica me sorprendió la similitud con la
mía. Descubrí que no había inventado la pólvora. La falta de barroquismo,
cierta transparencia, la conexión con el paisaje y la naturaleza.
11 — Es a la novelista que no fue a
quien le pregunto: ¿cuáles serían las dos o tres novelas que más has leído o
recordás? ¿Procuraste escribir cuentos? En narrativa breve, ¿a quiénes
destacarías?
AL — ¿Tres novelas que me hayan impactado?: “Doktor
Faustus” de Thomas Mann, “La luz
argentina” de César Aira (la leí como seis o siete veces y no sé decir qué
es lo que me deslumbra, por qué me atrae tanto), "El barón rampante" de Italo Calvino.
Intenté escribir cuentos pero no
sirvo, soy un desastre.
Además de Jorge Luis Borges, destaco
a Rodolfo Fogwill, y dos argentinas actuales: Samanta Schweblin y Selva Almada.
12 — Burucúa, confesaste, te
sorprendió. ¿Qué dirías que te sorprendió del ensayo de María Emilia Graf sobre
tu poética?
AL — Es muy raro leer un estudio sobre tu
propia poesía, escrito además por una persona que no conocés. No sé si se puede
manejar la imparcialidad. Hubo puntos en los que no pude reconocer mi trabajo,
y en otros sí. Todavía me llama la atención que hayan elegido mi obra para
realizar una tesis de licenciatura.
13 — ¿Caravaggio (1571-1610),
Raquel Forner (1902-1988), Rembrandt (1606-1669), Francisco de Goya
(1746-1828), Leonora Carrington (1917-2011) o Pierre-Auguste Renoir
(1841-1919)?
AL — Ninguno de ellos.
Giorgio de Chirico (1888-1978), Remedios Varo (1908- 1963), El Greco (1541-1614),
René Magritte (1898-1967) y el argentino Antonio Seguí (1934).
14 — ¿Qué hace el Arte por nosotros?
AL — Depende: para nosotros los artistas y para
quienes tienen una sensibilidad adecuada para sentirlo y comprenderlo, significa
mucho. Para quienes les falta esa posibilidad, el arte no les sirve para nada.
En cambio, a tantos nos salva de la desesperación la mayor parte de los días.
15 — “No hay otra expresión
crítica relevante a una película que decir ‘Me gusta’ o ‘No me gusta’. El resto
es literatura. Toda crítica no es más que literatura: mala, buena o regular.”
Así se expresa Guillermo Cabrera Infante en su “Prólogo: La sonrisa de un
crítico”, introducción al volumen “El
cine estilográfico” de Vicente Molina Foix (Anagrama, España, 1993), quien
en sus propias líneas iniciales manifiesta: “La
crítica cinematográfica fue mi primer amor literario.” ¿A dónde te llevan
estas afirmaciones?
AL — En nuestro país casi no existe la crítica
literaria seria, por lo menos en suplementos culturales y revistas, sean en
papel o electrónicas. Por lo general reina el amiguismo, las críticas pagas o
son sólo reseñas.
16
— ¿Con qué
escritores/as (de cualquier época) te gustaría trabarte en una interesantísima
discusión? ¿Sobre qué temas?...
AL — Detesto cada vez más las discusiones; nadie convence a nadie, las
cosas funcionarían mejor si supiéramos respetar al otro. Desde sus ideas a su
forma de ser. Tampoco (me parece) existen en la literatura temas de vida o
muerte. ¿Serán necesarias las conversaciones acaloradas por hache o por be? Me
complace hablar con los escritores que valoro, soy de escuchar y disfruto del
encuentro. Como resido tan lejos de Buenos Aires puedo darme el lujo de tener
amigos en todas las capillas literarias sin pertenecer a ninguna.
Regresando a lo más específico de tu
pregunta, me hubiera encantado charlar con el poeta entrerriano Alfredo Veiravé
[1928-1991]: tuvimos contacto epistolar durante varios años, no alcancé a
conocerlo personalmente.
17 — ¿Qué transformación
creés que ha tenido tu escritura desde “Dibujos”
hasta el presente?
AL — Se fue estilizando, puliendo, espero haber
logrado haikus aceptables. Lo destaco porque en “Dibujos” incluí poemas muy breves, ya iba acercándome a esas
estructuras.
18 — ¿Qué condiciones
advertís en aquellos que más admirás?
AL — Pasión casi enfermiza por las humanidades y/o el arte en general, el
estudio, el conocimiento, don de gentes y un sentido del humor
arrollador. Tengo la suerte de ser amiga de gente que admiro y la risa,
por suerte, suele acompañarnos.
19 — ¿Qué literatura te
interesa porque te incomoda o desubica?
AL — Ninguna en especial. Aunque puedo decirte
que sí me desubican los "Diarios"
de Franz Kafka; su neurosis obsesiva me incomoda mucho.
20 — ¿Qué opinión te
merecen las ediciones digitales? ¿Alguno de tus poemarios es hallable en la Red
en soporte-e?
AL — Sigo prefiriendo las ediciones tradicionales, el contacto con el papel, la
independencia de no tener que cargar la batería. Aunque cada tanto leo libros
en ese formato y los e-readers me parecen ideales para
viajar con el equipaje liviano. En cuanto a mis libros, habría que buscar con
paciencia: cuando subieron uno o dos no lo hicieron en un verdadero soporte
electrónico.
21 — ¿La insensibilidad ante el horror es una forma de ignorancia?
AL — No sé, en una de
esas es una patología: los psicópatas son insensibles; puede influir la falta
de educación, o la costumbre, que hace el efecto de anestesia. Yo no
generalizaría.
22 — Dos textos de “El poema se va
sin saludarnos” llevan por título “Ushuaia” (IV y V); en “Bonus track” uno es “En el fin del
mundo”; en “A la luz del desierto”,
en la primera sección, “La ciudad”, damos con “Noticias de la ciudad” (uno y dos) y con “Anotaciones sobre la
ciudad” (uno y dos). “En”, “de” y “sobre”: ¿qué es posible que les trasmitas, por ejemplo a nuestros
lejanísimos lectores en “el principio del mundo”, respecto de cómo ha ido
transformándose “Ushuaia” en las últimas cinco décadas.
AL — Pasó de ser un pueblo de alrededor de cinco mil habitantes a una ciudad de setenta
mil. Es lo que los antropólogos llaman una sociedad pionera donde pareciera que
siempre todo está por realizarse. Además es una población de tránsito:
mucha gente se radica durante un lapso y luego se va. Y esa modalidad produce
desarraigo. Una vaga idea de la ciudad y sus sombras la expresé en mi último
poemario: de allí transcribo “Graffiti”: “Alguien
debería dibujar de un modo impecable / el mapa de una ciudad loca / a la que
abofetea el viento. // Bordeada por un mar gris y murallas de piedra / con
gentes de poco hablar / navegando sus propios océanos. // Nombro una ciudad que
no está muerta ni viva.”
*
Anahí Lazzaroni selecciona poemas de su
autoría para acompañar esta entrevista:
Leyendo diarios
Un cocodrilo del siglo diecinueve
bosteza.
¿El río?
Cualquier río fangoso
de África lejana.
Animal de sanas y sabias costumbres
si vinieras
y devoraras este caos perfecto
no harías otra cosa
que embellecer
el mundo.
*
Suma
Guerrera a ras de la estepa.
Chiflada pérfida.
Infatigable / indómita.
Oscura como barro.
Declive y transparencia.
Lluvia y solazo.
Silencio / relámpago.
Lucha y sosiego.
Magia / derrota.
Pluma o espada.
Árbol, hoja, mantel.
Rito / música de tango.
Lágrima y vaivén.
Palabra + palabra.
Palabra sátrapa.
(de “Bonus Track”)
*
Café literario
Siempre al borde de la trampa y sin escuchar los
presagios
que nos trae el mar
amparas a cualquier loco que mal escribe su canción.
Lo amparas con el arte de ciertos villanos de comedia.
Lo amparas y lo dejas a su divina suerte.
Lo amparas y le permites leer sus palabras
ante un público de gentes fracasadas.
Pero en la penumbra esas palabras son tan ciegas
como todo lo que no florece a su debido tiempo.
Y ya se sabe,
porque lo dice el fuego y también lo dice el aire,
no habrá comunión posible
para quien no busque el poema,
con la misma desesperación
de un animal que escapa.
*
En la casa del Tigre
Cuentan grandes penas, amoríos trágicos
e historias de madres posesivas hilando la tarde.
Despliegan el dolor como si fuera un mantel
y beben alegres las copas del olvido.
Una embarcación en ruinas
navega el río de la noche,
dicen que en ella viajan
el rey mendigo y su guardia de sonámbulos.
A mediados del siglo
en una ciudad mal llamada Buenos Aires,
repiten, un niño levantaba apuestas de caballos
a espaldas de sus inmaculados padres
y más lejos otro niño loco
se inventaba solitario la llanura.
Murmuran trozos de vida
ya cubiertos por el polvo
o casi.
*
En todos lados se cuecen habas
Algunos poetas me escriben cartas
donde me cuentan que deliran por el lejano sur.
No son pocos los que me imaginan en una casa
construida con maderas claveteadas,
escribiendo sin cesar mientras la nieve cae y cae.
Hasta piensan que suelo estar sentada junto al fuego,
como si fuese un personaje de ciertas novelas decimonónicas,
y me piden que les describa el silencio porque ellos ya no
lo recuerdan.
Este mediodía varias calles de la ciudad están cortadas.
Escucho bombos,
voces,
sirenas de patrulleros,
personas que gritan cada vez más alto en medio de la
aglomeración.
Por ahí no se puede pasar.
*
Argentina (20 de diciembre de 2001)
Palabra extraviada
en las dunas claras del poema.
Palabra embestida por los malos vientos.
Palabra en dificultades.
Palabra quebrada
en horas de saqueos.
*
Canción sin partitura
Nada está escrito en ningún lado,
ni las canciones viejas
que nos llegan a la memoria
para salvarnos del invierno,
y se hunden bajo el grito constante
de los pájaros nocturnos.
Nada está escrito,
ni esos terrores marcados a fuego
que aparecen en los sueños,
ni las alegrías
o el olvido mismo.
Nada está escrito en ningún lado.
Y los locos,
los pobres locos
ya no dibujan árboles
en las paredes vacías.
(de “A la luz del desierto”)
Recibidos
| x | |||
|
28 feb. (hace 9 días)
| |||
|
Suscribirse a:
Entradas (Atom)