LE AGREGUÉ UN SUEÑO
una promesa
dramaturgia y dirección: Laura Valencia
en escena: Luciana Lima - Cabe Mallo - Juan Trinidad
“La
melancolía no es tanto la reacción regresiva a la pérdida de un
objeto como la capacidad fantasmática (o alucinatoria) de mantenerlo
vivo como un objeto perdido”
PIERRE FEDIDA
Toda obra
de arte se encuentra inacabada; esta que aquí reseñamos, además, está en
proceso de inacabarse. Ese proceso tiene algunos hitos datables. Nació
de la convocatoria, en 2007, del ciclo provincial El teatro y la historia¸
cuyo anhelo tendía a investigar en la potencialidad dramática del
pasado argentino. El desafío nos comprometió y elegimos trabajar sobre
una de nuestras obsesiones: la guerra marítima de la Independencia, los
corsarios, los diálogos patrios del desencuentro: ese mismo año
estrenamos Mar de Fondo; en el 2008 elegimos la vida trágica de
Elisa Brown, la hija del célebre almirante irlandés. La historia es
sencilla, mas no su mitología. Sucede durante la guerra contra el
Brasil, en 1827. Un marino escocés se ofrece para pelear por la
independencia argentina; conoce a la hija de Brown, se compromete con
ella, pero todo termina en tragedia: luego de ser herido, Francis
Drummond muere, desangrado, en brazos de su futuro suegro. Elisa Brown
parece soportar lo que padece, pero muere ahogada meses más tarde,
enlutada de novia, el día que se iba a celebrar la boda. Mientras se
embebe en el agua canta: «Pinto sueños lentos, que manan del río, como
pan mojado en leche. Este es mi sueño, que hoy agrego.»
Sobre el fondo difuso de esta historia ignota, tramamos una obra que titulamos, inicialmente, Una promesa,
y que versionamos varias veces. Adoptó la forma de un semi-montado, de
video, de un conjunto de fotografías y, naturalmente, de obra teatral.
Como tal la estrenamos en La casa de las tías, en 2010. Esta versión que
ahora presentamos es otro nudo de ese rizoma, acaso su nudo más
enigmático. La historia de Elisa Brown está amillonada por el mito;
nuestra tarea no fue desnudarlo; quisimos habitar su poderío simbólico y
su actualidad dramática. Oscar Wilde escribió que solo las personas
superficiales no juzgan por las apariencias. Esta obra es el borrador
inicial de esa superficie visible, las imágenes más firmes que aun
resplandecen de ese acontecimiento estético.
Laura Valencia - Septiembre de 2012
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