nunca su voz apaga, ni ve
la hondonada
eterno sufrimiento ahí se anida:
si el amor inquieta mis sentidos
cuando la luz es plena como un dulce
suspiro.
El lago se deja acariciar
en su oleaje lento
y el árbol de follaje perfecto
se retrata en el fondo...
Qué es de las aves todas
la cuna preferida.
Si no fuera por el temor
de oírme llamar cursi
pintaría corazones sangrientos
dolientes de amor
sufridos, callados
temerosos...
Aquellos que
hacen una ronda
la ronda del amor
la ronda silenciosa
la ronda de
esperanza plena.
Tu perfil se dibuja
y soy toda como
sol a mediodía
viene la noche, el
hueco llamado otra vez, realidad.
(De: Alicia Reyes. A solas... Diario poético de Alicia Reyes. México, 1975).
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